"Atreverse a comparar la escuela con una cárcel es el mayor de los tabúes. Sin embargo, la comparación del funcionamiento de las dos instituciones es particularmente sorprendente: horarios estrictos, encierro, vigilancia permanente, salida a un patio, imposibilidad de salir, obligación de obediencia hacia los guardianes, convivencia impuesta con otros detenidos, castigos o aislamientos en caso de rechazo de la obediencia...Cárcel o escuela, la descripción parece ser aún bastante válida. La mayor diferencia es que los prisioneros saben que están en la cárcel, mientras que los niños, no."
Sylvie Martin-Rodriguez
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