Эй ухнем! (Los sirgadores del Volga - Kovcheg)

Эй ухнем!

Lamentablemente, este espacio ha ido dejando de lado lo necesario, acuciado por lo urgente.
Me propongo reparar, siquiera mínimamente, esta falta. Os propongo una canción tradicional rusa, muy famosa, que pasó al castellano (vía Manuel de Falla) como “Los remeros del Volga”. Durante el romanticismo, los compositores dieron la espalda a los palacios imperiales y se volvieron hacia el pueblo, para alimentarse de su espíritu. El nacionalismo musical rescató y valorizó, por primera vez, todo un caudal musical que, hasta entonces, había discurrido ajeno a la música culta. Esta canción en concreto, fue recogida por Balakirev (uno de los cinco de Moskva, con Rimsky, Borodin, Mussorgsky…) y publicada en su libro de música tradicional en 1866.
Me permito sugerir esta interpretación, desprovista de cualquier otro acompañamiento musical que no sean las propias voces. Atención al bajo profundo, tan característico de la liturgia ortodoxa, que desciende hasta cerca de los 40 Hz, las profundidades abisales de la voz (para que os hagáis una idea, el umbral de audición humano está entre los 20 Hz y los 20 kHz aproximadamente, para un oído joven).
Bueno pues, de remeros, los cojones. El título de la canción (y de esta entrada) viene a significar “Eh, ¡tirad!”. Es una canción de labor, como aquí tenemos las de siega o malla, pero de una labor muy jodida. En la Rusia zarista, regida durante siglos con un sistema feudal bajo el signo de la cruz, los hombres hacían el trabajo de las bestias, demasiado valiosas para reventarlas. No son remeros, sino Бурлаки (pronunciado “burlaki”, plural de Бурла́к). Que yo sepa, no existe un vocablo en castellano que traduzca este término ruso [ver comentario a pie de página], así que lo más breve y preciso que se me ocurre sería “animal de tiro humano”. Efectivamente, los Бурлаки no remaban (tarea completamente estéril a contracorriente en las grandes arterias fluviales rusas, el Volga, el Dnieper…). Los barcos hacían el viaje de ida arrastrados por la corriente, llevando madera, carbón o mineral a las zonas costeras. El viaje de vuelta, contracorriente, contrataban el tiro de un conjunto de hombres (o mujeres) que halaban del barco desde la orilla.
No es un método extraño, lo he encontrado descrito por ejemplo en el transporte de cargas por la red de canales franceses. Lo particular es emplear seres humanos para un trabajo que, en otras partes del mundo, era oficio de una recua de mulas o una yunta de bueyes. En la Rusia blanca, tradicional y cristiana, era más económico usar a un grupo de campesinos (мужик).
Unos pocos años más tarde (1873), Ilya Repin se inspiró en esta canción para pintar la que quizá sea su obra más famosa: Бурлаки на Волге (Burlaki en el Volga)


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Tomó sus modelos entre los mismos burlaki y, como nota curiosa, el modelo que coloca el primero en el tiro (Водолив) era un sacerdote excomulgado cuya presencia fascinó al joven pintor.
Este bestial oficio aún era requerido en el siglo XIX, aunque la revolución industrial, con el motor de vapor, lo fue haciendo innecesario hasta que fue prohibido, en 1929, tras la revolución bolchevique. Por lo tanto, coexistió con otra revolución, la del nitrato de plata, lo cual nos permite conocer el aspecto de algunos de estos hombres:


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Y no sólo hombres se usaban como tiro.


Y si son más débiles, basta con enganchar más.
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Para finalizar con las artes, y siguiendo el tema del ámbito ruso, os propongo una película: Mandariinid (Mandarinas), del georgiano Zaza Urushadze.



Ambientada en el conflicto de Abjasia en 1992, cuando se independizaron de Georgia, y cómo unos estonios étnicos se ven atrapados… bueno, mejor la veis y me contáis si os ha gustado (está en la mulita, en VOS). Dato curioso: generalmente los personajes se comunican en ruso, la lingua franca del Cáucaso, pero al volverla a ver con una rusoparlante me dijo que cuando hablaban entre los dos personajes de la aldea no entendía nada, así que debe ser que se comunicaban en… estonio (
también una lengua eslava).
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Y para despedir esta entrada, algunas fotos más de Бурлаки que he encontrado:



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FE DE RATAS: Gracias a la impresionante cultura de Juan Manuel Grijalvo, ante la cual no puedo menos que descubrirme, corrijo alguno de los datos ofrecidos: sí que existe un término castellano para referirse a los Бурлаки: sirgadores, los que halan de una sirga, por el camino de sirga, paralelo a la orilla.
Por otra parte, debería haberme molestado en comprobar que el estonio no es una lengua eslava, sino ugrofinesa (como el húngaro o el finés), de la familia de las lenguas urálicas.Por lo tanto, ni siquiera son indoeuropeas, como el ruso, el letón o el lituano…o las romances. Pido humildes disculpas por el error.
Finalmente, Juan Manuel me indica que la tracción humana también ha sido usada en los ríos y canales de China (no sé por qué no me sorprende).

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