ICEA zientzia ekonomikoen eta autogestioaren institutuak honako liburuaren berri ematen ziguNK.
Ya a la venta "Tu casa no es tuya, es del banco"
Un
grupo de escritores, activistas, investigadores, publicistas, publican
este libro sobre la lucha contra los desahucios que es sumamente
recomendable.
Con fotografías de Olmo Calvo, Alvaro
Minguito y David Fernández. Los derechos de autor de los autores y el 25
% de los beneficios de la editorial serán donados a la Plataforma de
Afectados por la Hipoteca de Vallecas.
Crisis,
desahucios, pobreza. Todas esas palabras se nos han vuelto familiares.
Todos esos conceptos martillean nuestras conciencias esde el reflejo de
la pantalla televisiva o desde la cruel realidad de los barrios en que
vivimos. La gente está siendo desahuciada de sus casas, está siendo
mpujada a la más brutal exclusión social, a la miseria, a tener que
recurrir a los bancos de alimentos. No toda la gente, por supuesto.
También hay quien vive mucho mejor que antes. Y eso que antes ya vivía
en el lujo y la opulencia. Es la España de las tarjetas black y del
turrón del año pasado, entregado a Cáritas para que algunas personas
puedan comer algo. Es la España de quienes se corrompen entre cacerías y
buen vino de borgoña y de quienes tienen que buscarse la vida en una
casa ocupada, aún con varios niños que alimentar, pinchando la luz por
no poder pagarla. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cuál ha sido nuestra
culpa o nuestro pecado? Los medios nos martillean con la febril letanía
de que ?hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?, hemos
comprado a crédito lo que no podíamos pagar?. De verdad ¿Todos y todas
lo hicimos? ¿Quién lo hizo, realmente? ¿No será más bien que unos están
viviendo por encima de las posibilidades de otros? ¿Qué la clase
trabajadora y las clases populares han pagado, continúan pagando y se
pretende que paguen eternamente, el festín de las élites? Para
desentrañar esas dudas se ha escrito este libro. Es un texto colectivo
en el que han intervenido muchas personas: activistas, periodistas,
militantes sociales, profesores...
Tenemos entre
nosotros a Juan Carlos Barba, animador del Colectivo Burbuja y conductor
de su programa radial Economía Directa, especialista en la maraña
económica del presente y del pasado inmediato. También tenemos a Gladys
Martínez, Héctor Rojo y Eduardo Pérez, periodistas del quincenal
Diagonal, un periódico ampliamente conectado con los movimientos
sociales en general y con la lucha contra los desahucios en concreto.
Son activistas, firmes cono cedores del mundo económico y del drama de
los desahucios. Nos acompaña Leticia González, aktivista y artista,
militante de la PAH y de las corralas de la ciudad de Málaga. La voz de
los sin voz que en este texto toman, también, la palabra. Contamos con
Endika Alabort, economista, sindicalista, académico, un erudito en lo
que se refiere a las biografías de los que mandan en este país. Y está
el que escribe estas líneas, aficionado a juntar palabras para tratar de
explicar lo que pasa a quienes tienen todo el poder, pero no lo saben, a
quienes producen toda la riqueza, pero no la disfrutan, a los que sólo
obtienen a crédito y pagando un precio impagable lo que ellos mismos
construyeron con sus manos, sus mentes y la palpitación de sus alegrías y
tristezas.
Este no es un documento académico aunque,
desde luego, no huye del rigor, sino que lo busca. Tampoco es una
colección de escritos sin intención alguna. Pretende ser una tentativa
solvente de poner negro sobre blanco la maraña que nos ha llevado a este
presente de devastación, pero también de hacerlo de una manera
accesible. Queremos que todo el mundo pueda leerlo, debatirlo,
confrontarlo, hacerlo suyo. Queremos que los lectores nos manden airadas
cartas de repulsa y postales de felicitación. Pero, sobre todo,
queremos ayudar a que quienes sufren lo más duro de la crisis sean
también capaces de entender por qué, y de reflexionar sobre sus propias
reacciones frente al gran monto de dolor social infligido por la actual
fase del proceso de acumulación capitalista y por un régimen político
hispano en plena deriva hacia su transformación.
Vamos a
narrarles la historia de la mayor burbuja inmobiliaria que ha sufrido
nuestro país, y de las luchas sociales que se han desatado cuando se ha
pretendido que la gigantesca fiesta del ladrillo la paguen los más
débiles. Habrá que tener en cuenta la ligazón entre el mundo político y
la expansión del negocio inmobiliario. En este país se realizaron
múltiples modificaciones legales, por parte de los poderes públicos,
para facilitarlo, desde el favorecimiento fiscal de la compra de
vivienda en propiedad hasta cuestiones relativas al registro de los
contratos hipotecarios.
Es más, como ejemplo de ello,
basta afirmar que el Estado Español ha acumulado en los últimos años
varias condenas del sistema judicial europeo por haber imposibilitado la
defensa de los deudores hipotecarios en el procedimiento de ejecución,
inhabilitando toda posibilidad de alegar, con efectos suspensivos, la
existencia de cláusulas abusivas en los contratos acordados con las
entidades financieras.
Estamos hablando de un país con
una legislación tan tendente a favorecer los intereses de constructores,
promotores e inmobiliarias, que la dicción del artículo 105 de la Ley
Hipotecaria no deja lugar a dudas:
«La hipoteca podrá
constituirse en garantía de toda clase de obligaciones y no alterará la
responsabilidad personal ilimitada del deudor que establece el artículo
1911 del Código Civil».
Como veremos, cambiar esta
realidad, haciendo posible la dación en pago, se ha convertido en una de
las claves esenciales del movimiento antidesahucios, Las consecuencias
sociales de lo indicado en el artículo 105, ante la inexistencia de un
procedimiento de insolvencia personal que permita un nuevo comienzo a
los deudores, como ocurre en la gran mayoría de países de nuestro
entorno, han consistido en la emergencia de situaciones de pobreza, en
las que tras entregar la vivienda familiar, por no poder hacer frente a
los pagos de la hipoteca, el deudor (muchas veces miembro de una familia
con todos sus miembros en el paro), sigue debiendo enormes cantidades
de dinero, dado el desplome de los precios de la vivienda, agravado, a
estos efectos, por la legislación aprobada en estos años respecto a la
subasta judicial del bien hipotecado.
Dejemos hablar,
sobre los efectos de toda esta barahúnda legislativa, que incluía un
procedimiento ejecutivo hipotecario sin posibilidades reales de defensa
por parte del deudor, creada para favorecer el negocio inmobiliario, a
un profesional jurídico: el abogado Diego De Las Barreras, letrado de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca del madrileño barrio de
Vallecas:
«El procedimiento de ejecución hipotecaria es
un procedimiento muy sumario, muy inquisitorial. Yo al principio de la
crisis trabajaba en las oficinas judiciales, que es donde te viene la
gente para una primera asesoría y para tramitar la solicitud de justicia
gratuita. Es un procedimiento demasiado rápido en el que prácticamente,
como oposición a una ejecución hipotecaria, lo único que valía era la
excepción de pago, o la excepción de pago parcial, o cuestionar la
liquidación del préstamo, con lo cual prácticamente no dejaba casi
opciones de defensa. De hecho, incluso a nosotros, no por escrito, pero
si verbalmente, dentro de los Servicios de Orientación Jurídica,
nos
daban instrucciones de que ni siquiera tramitáramos las solicitudes de
justicia gratuita de la gente. Para tramitar, por ejemplo, una solicitud
de justicia gratuita la persona tiene que acreditar la insuficiencia de
recursos, para eso te dan un plazo de diez días.
Tú,
cuando te llega la demanda de ejecución tienes un plazo de diez días
para responder, con lo cual, si vas a pedir abogado de oficio te tienen
que suspender ese plazo, porque en diez días no te da tiempo a recopilar
la información con los documentos que acrediten la insuficiencia de
recursos. Y había juzgados que no suspendían el plazo. Es decir, que tú
les mandabas desde una oficina de la Comunidad de Madrid un papel
diciendo ?que se paralice el plazo para contestar porque esta persona ha
solicitado abogado de oficio?, y el juzgado lo tiraba al agua, no le
daba la virtualidad que debería tener el derecho de asistencia jurídica
gratuita. No hay opciones de defensa, prácticamente?.
Esta
rigorista regulación, transformada y complementada a lo largo de varias
décadas para facilitar el negocio inmobiliario, contrasta con la
actitud de los poderes públicos con respecto a los Bancos y Cajas
españoles, que han sido reiteradamente rescatados, en muchos casos, con
dinero público. El mismo dinero de los contribuyentes que, llegado el
caso, va a responder del uso de la línea de crédito concedida en su
momento por la Unión Europea para sanear las Cajas nacionalizadas ara
evitar su quiebra, como la madrileña Bankia. Como afirma el Informe del
Defensor del Pueblo español titulado Crisis económica y deudores
hipotecarios: actuaciones y propuestas del Defensor del Pueblo , de
2012:
«Las entidades de crédito se benefician de
privilegios no reconocidos legalmente. Como empresas, ante su
insolvencia están obligadas a solicitar el concurso de acreedores y en
su lugar acuden a las ayudas públicas para superar su situación. Estas
ayudas desbordan las previsiones legales (?) Estas ayudas son contrarias
al principio de igualdad constitucional, puesto que evitan el concurso,
ya que, para responder de sus deudas, los bancos no sólo cuentan con su
patrimonio, sino que cuentan con las ayudas públicas (?) Son
privilegios que se admiten como un mal necesario, constituyen medidas
excepcionales que se justifican por el carácter especial de la actividad
bancaria. Pero sólo implican ayudas para una de las partes de la
relación sin que los beneficios se extiendan a la otra».
Esta
situación, en el marco de la mayor crisis socioeconómico vivida por el
sistema global desde 1929, y que ha impactado especialmente en el Estado
Español, dará la lugar a la emergencia de numerosas luchas sociales y
tentativas de auto-organización de la sociedad civil. La más conocida de
ellas será, precisamente, la plataforma erigida por los deudores
hipotecarios para tratar de evitar los miles de desahucios que, desde
2007, se van multiplicando por toda la geografía española.
Los
desahucios y la lucha contra los desahucios. Los febriles movimientos
de capitales y las titulizaciones de las hipotecas; y los brazos
entrelazados de la gente que se para ante la puerta de un inmueble para
resistir una carga policial, para intentar sostener la vida. De todo se
hablará en estas páginas. También presentaremos alternativas,
soluciones, propuestas. Y los mismos protagonistas de las luchas nos
narrarán sus luces y sus sombras.
Como escribió el
genial Mario Benedetti: «(...) cantamos porque llueve sobre el surco/ y
somos militantes de la vida (...)». Seguimos cantando, es decir,
seguimos escribiendo. Mejor o peor (eso les corresponde juzgarlo a
ustedes), pero tratamos de construir herramientas para abrir el futuro a
otro tipo de días y de primaveras. A otro tipo de sociedad, construida
con la alegría de los más. De los que construyen las casas, pero no
pueden pagarlas, o sólo pueden hacerlo al precio de una servidumbre por
deudas cada vez más extendida.
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