VIDAS PARALELAS EVO MORALES Y PABLO IGLESIAS (IV)
Hasta aquí Morales. Examinemos el caso Iglesias.
El caudillo de Podemos está hoy en situación similar a la que se encontraba el gerifalte boliviano en 2005, inmediatamente antes de acceder al gobierno. Es el momento de prometer, prometer y prometer, el tiempo del palabreo y la farsa. Es también el momento feliz de sus seguidores más o menos ingenuos, esos pardillos siempre ansiosos de ser burlados por los politicastros de la izquierda, pero sobre todo de los tiburones que saben que con la nueva izquierda institucional harán magníficas carreras profesionales y ganarán mucho dinero, al constituirse en neo-casta y nueva burguesía: ellas y ellos forman ya la estructura organizativa básica de Podemos como partido político.
El régimen partitocrático opera a través del arribismo y la codicia, al hacer del dinero estatal y los cargos en las instituciones un muy preciado botín. En el caso Podemos eso es así más que en ningún otro partido político. Promete inaugurar una nueva era sin corrupción pero dada su naturaleza concreta es muy probable que constituya desde el gobierno una etapa de hiper-corrupción, mayor y peor que la del otro mandamás del izquierdismo español, Felipe González.
Iglesias, una marioneta de la banca y los servicios especiales de planificación del Estado, sabe que ya está decidido por los poderes fácticos que gane las elecciones generales de finales de 2015 y sea jefe del gobierno, probablemente con mayoría absoluta. Los cientos de millones de euros que están siendo invertidos en promover publicitariamente el producto Podemos, presente en todos los medios de comunicación, prueba tal aserto.
Con la victoria electoral entrará en la segunda fase de su trayectoria. Será el tiempo de las operaciones de ingeniería social, de colocar remuneradoramente a los suyos en cargos y empleos, perseguir a los oponentes (en especial a los partidarios de la revolución integral), reprimir a fondo los movimientos de masas, fomentar todas las formas de sexismo, aplicar su verdadero programa económico (hoy ocultado a la plebe), materializar los desatinos y maldades contenidos en las religiones políticas (siguiendo lo hecho por Zapatero y Rajoy), dividir a las clases populares y bastantes nocividades más. Así situado, pasará a cumplir su verdadero programa, que hoy mantienen oculto.
Tan viles actividades ocasionarán estupor en algunos, resistencia en otros y despolitización en muchos más. La respuesta del gobierno de Podemos será más violencia policial, más ingeniería social, más linchamientos mediáticos y callejeros, más caudillismo televisivo, más pobreza y exclusión social, más militarismo (paso a paso vamos conociendo la relación de los jefes de Podemos con el aparato militar), más bellaquerías de un tipo u otro. Pero, al mismo tiempo, en ese momento se darán las condiciones mejores para el ascenso social del proyecto y programa de la revolución integral.
Hemos aprendido de lo que han hecho Morales y su partido en Bolivia, y ahora estamos en condiciones de obstaculizar e incluso, a largo plazo, hacer descarrilar a la nueva izquierda patrañera y neo-carca, procapitalista, patriotera y devota del Estado en España. Eso es un componente importante de nuestra fuerza, así como un elemento notorio de debilidad del montaje Podemos, mucho menos sólido de lo que los banqueros desearían. A ello se une el creciente desbarajuste del chavismo y la senilidad irremediable a escala planetaria de todo el izquierdismo, cada dia más en evidencia como una alternativa en pro del capitalismo globalizado.
Si Morales se sirve del “doble discurso”, Iglesias lo hará más todavía, una vez pasada la etapa del parloteo electoralista, pues incluso en ésta, a medida que pasa el tiempo, comienza a emplearlo de manera creciente. Lo hecho por Morales lo repetirá Iglesias, probablemente de forma más frenética, agresiva y acelerada, pues hay muchos indicios de que las elites del poder españolas desean aplicar su despiadado programa de reestructuración social, económica e institucional cuanto antes, con Podemos en el gobierno. Dada la gravedad, extensión y dramatismo de lo que desean y necesitan efectuar, precisan de la izquierda para su ejecución. Con la derecha no podrían realizarlo.
La situación de Europa, sobre todo del sur de Europa, es difícil y en fase de empeoramiento, y el bloque de poder europeo necesita dar un fundamental golpe de timón para imponer el modelo chino de economía (como está haciendo Morales en Bolivia, por cierto), iniciar una fase nueva de acumulación de capital, sobreexplotar a las clases productoras, elevar los impuestos aportados por la gente común a la vez que reducir las prestaciones del Estado de bienestar, recortar la sociedad de consumo para estatuir una sociedad de la pobreza y el trabajo asalariado incesante, etc. Como viene haciendo Morales, Iglesias realizará desde el gobierno justamente lo contrario de lo que ahora con tanta desfachatez promete.
Un barrunto de lo que se propone hacer Podemos es el caudillismo que otorga a su jefe, Iglesias. El caudillaje es una institución militar, belicista, que concentra el poder en un individuo y que sólo tiene sentido cuando quienes la implementan se disponen a efectuar decisivas operaciones ofensivas. Un partido con caudillo equivale a un futuro próximo de tensión, agresividad, violencia, medidas sociales extremas, indiferencia ante el dolor ajeno, terrorismo de Estado… Quienes ahora desde la irresponsabilidad, la puerilidad y la ingenuidad están contribuyendo al nacimiento de ese ente aberrante llamado Podemos tendrán no pasado mucho tiempo motivos sobrados para lamentarlo, e incluso para avergonzarse de sí.
Un partido con un caudillo es una formación militarizada, ¿eso es lo que va a cambiar positivamente la sociedad? Y, ¿qué decir de las y los patéticos seres nada que se someten a la despótica soberanía de un caudillo fabricado televisivamente por la banca, haciendo renuncia y dejación de sí como personas?
(Continuará)
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