Karl Marx: Una fatalidad

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Karl Marx: Una fatalidad

Recientemente se ha cumplido el bicentenario del nacimiento de Marx. Este acontecimiento ha recibido la atención de diferentes articulistas que han aprovechado la ocasión para hablar de esta figura histórica, generalmente en términos aduladores. Por esta razón es hora de hacer una valoración de las ideas contenidas en la obra de Marx, aunque sólo sea de forma muy general, para examinar con la perspectiva del tiempo histórico las consecuencias de las mismas.

En primer lugar hay que señalar que Marx es el fundador de una gran ideología que, a diferencia de todas las demás, lleva su nombre. Esto es bastante indicativo de la naturaleza tanto de sus ideas como del gran movimiento político que se inspiró en ellas y que adoptó el nombre de marxismo. La preeminencia de la figura de Marx como gran autoridad, tanto ideológica como intelectual y política, constituye un elemento central en el marxismo que viene complementado con el no menos notorio culto a la personalidad que tanto ha caracterizado a las organizaciones basadas en esta ideología.

Sin lugar a dudas la obra de Marx es prolija. Pero en el balance final que puede hacerse de esta es incontestablemente negativo, al menos si nos remitimos a las consecuencias que sus planteamientos ideológicos y filosóficos han provocado. En lo que a esto respecta son numerosos los ejemplos históricos de aquellos países en los que las ideas de Marx fueron puestas en práctica, o que en su caso inspiraron la instauración de regímenes autodefinidos como socialistas o populares. El resultado fue en todos los casos, sin excepción, la creación de inmensas distopías llenas de terror, violencia, corrupción y miseria. Ahí tenemos el caso de China donde el partido-Estado ejerce un dominio omnímodo sobre la sociedad, y donde la desigualdad y la falta de libertad es rampante. Pero también están otros casos no menos reseñables como el de Corea del Norte, Cuba, la URSS, la RDA, la Rumanía de Ceaucescu, la Albania de Enver Hoxha, la Camboya de Pol Pot, etc. Bien podrán decir los acólitos del marxismo que estos ejemplos son desviaciones de las ideas de Marx, y que estas no fueron puestas en práctica tal y como fueron pensadas por el propio Marx. Lo cierto es que este argumento, a la luz de los hechos, no se sostiene, y hoy vemos cómo la izquierda en todo el planeta está completamente desacreditada al igual que las ideas de Marx en las que históricamente buscó inspiración. Incluso aquellas organizaciones que sin ocupar posiciones de mando toman como referencia la obra y pensamiento de Marx demuestran en su práctica cotidiana, al igual que en el obrar de sus máximos representantes, la verdadera faz de las ideas marxistas: corruptelas, clientelismo, luchas de poder, violencia, sectarismo, autoritarismo, etc.

Si Marx se ha caracterizado por algo es por su completa falta de originalidad a la hora de desarrollar su propio pensamiento, hasta el punto de que la mayoría, por no decir la totalidad, de sus ideas sólo son préstamos tomados de otros autores que le precedieron. Lo esencial de su pensamiento ya estaba contenido en las obras de los materialistas franceses, especialmente de los fisiócratas, pero también en autores del mundo anglosajón como Adam Smith o David Ricardo, sin olvidar la más que obvia deuda intelectual con Hegel del que tomó su lógica dialéctica y la aplicó a los procesos históricos y sociales.

Marx ha pasado a la posteridad por haber sido uno de los personajes históricos que más daño ha hecho al pensamiento humano. Sus logros en este sentido son dos. El primero es haber articulado una gran narrativa en la forma de sistema de pensamiento que pretende explicarlo todo. En esto el marxismo no se diferencia en nada importante de ninguna religión pues al igual que estas se fundamenta en una serie de axiomas que operan como dogmas, y a partir de ellos desarrolla toda su lógica argumental y explicativa con la que organiza el mundo. Axiomas que por supuesto no están demostrados en modo alguno. Pero además de esto el marxismo se caracteriza por no dejar espacio para el libre pensamiento al implantar todo un sistema de ideas esencialmente cerrado que gira en torno a su propia lógica interna que se encarga de reproducir ad infinitum. Es de sobra conocido cómo el marxismo, allí donde han sido implantados regímenes políticos inspirados en esta ideología, ha suprimido toda libertad de conciencia y ha impuesto a la sociedad su particular forma de pensar que, para legitimarse, se ha presentado como científica y objetiva. Y ahí es donde el marxismo llegó a ser algo más que una ideología al pretender mostrar las leyes impersonales que rigen la historia, y que proporcionan el conocimiento preciso para transformar el mundo en un sentido revolucionario. De ahí que Lenin exclamase que el marxismo es todopoderoso porque es cierto.

El marxismo viene a ser una religión política en la que Marx es su profeta encargado de mostrar la verdad revelada constituida por el marxismo como nueva fe. El Capital, junto a otras obras como El manifiesto comunista, es la biblia de este credo político. En esa biblia está contenido el conocimiento que, en forma de leyes históricas, sociales y económicas, rige el universo y en virtud de las cuales este puede ser transformado. El partido comunista es la iglesia en la que se organizan los líderes de esta fe encargados de conducir a la comunidad de fieles, compuesta por el movimiento obrero, hacia el paraíso terrenal del comunismo, ese nuevo cielo en la tierra. La revolución viene a jugar el papel del día del juicio final, la gran catarsis que redimirá a los justos y condenará a los malvados. Engels, Lenin, Trotsky, Gramsci, Stalin, Mao, etc., son los apóstoles de esta religión que se ocupan de impartir directrices y desarrollarla en su puesta en práctica. Junto a ellos están los intelectuales comprometidos, esa vanguardia revolucionaria que vela por la ortodoxia ideológica en el seno del movimiento obrero y de la iglesia que constituye el partido. Son un nuevo clero que se encarga de decir lo que está bien y mal, lo que es aceptable y lo que no lo es, lo correcto e incorrecto, porque ellos están imbuidos de un conocimiento objetivo, científico y sobre todo auténtico que los convierte en una autoridad indiscutida. Y finalmente nos encontramos con el Estado que es en todo esto el nuevo Dios que nos salva. Un Dios mortal que en las manos correctas nos redime y actúa de manera benéfica, completamente desinteresada, para construir una nueva humanidad.

El segundo gran logro de Marx contra el pensamiento humano es su reduccionismo. Un reduccionismo que consiste en enfocar el mundo, y consecuentemente todos los procesos humanos, a través de una perspectiva tan limitada como la que ofrece la filosofía del materialismo histórico. Una filosofía que reduce al ser humano a la condición de estómago con patas al afirmar que el hecho fundamental de la sociedad es la producción, y por tanto la forma de obtener los medios de vida. La economía, y con ella las relaciones de producción, son la base de toda sociedad y el elemento determinante de su desarrollo histórico en la medida en que todos los restantes procesos sólo son epifenómenos de la base material y económica sobre la que se organiza la sociedad. Se trata de una concepción del mundo y de la vida esencialmente burguesa, y que sólo entiende la realidad en términos económicos, y por tanto numéricos y monetarios. Para el marxismo todo es una cuestión de beneficios económicos, de rentabilidad y productividad, y en última instancia de dinero.
El economicismo del marxismo, algo que comparte con el liberalismo, lleva a cabo una deformación profunda de la realidad al afirmar que el poder económico que se forma en las relaciones de producción es el que articula la superestructura política, de manera que esta última depende en todo lo esencial de la economía. El Estado, entonces, es el resultado de las relaciones sociales que se desenvuelven en la economía, y por tanto la consecuencia directa de la existencia de relaciones de explotación en la que la clase privilegiada se dota de los medios de coerción precisos para mantener su posición dominante. Esto es lo que condujo a Marx a considerar el gobierno del Estado moderno la junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa. Sólo la ruptura revolucionaria que conduzca al proletariado a la conquista del Estado puede hacer que este comience a funcionar en interés de la clase obrera al mismo tiempo que reprime a la clase explotadora. Un planteamiento que en modo alguno resiste cualquier análisis histórico del surgimiento del Estado y de su posterior evolución, y lo mismo cabe decir de los sucesivos intentos de poner en práctica las ideas de Marx.

El marxismo, con su economicismo, ha hecho lo imposible para presentar la economía como el factor determinante de la política. Y al hacerlo ha socializado entre la clase obrera una concepción burguesa del mundo que sólo tiene en cuenta los beneficios económicos, el dinero, la rentabilidad, etc., y que entiende todo, absolutamente todos los fenómenos sociales, en esos términos. El marxismo ha demostrado ser así un agente aburguesador de la clase obrera al sumirla en una ideología que rinde culto a la economía y al logro del máximo beneficio, y para la que el dinero y la producción lo son todo. El marxismo consiguió que la clase obrera aprendiese a pensar, sentir, ser y obrar como la burguesía, y sobre todo a resultarle apetecible todas aquellas cosas que precisamente le parecen apetecibles a la burguesía. El marxismo convirtió al burgués en el espejo en el que el obrero pasó a mirarse. Esto fue llevado hasta el punto de convertir la condición burguesa en la principal aspiración obrera. De este modo el marxismo preparó y ejecutó la derrota ideológica del movimiento obrero frente a la burguesía.

La imagen que el marxismo presenta de la realidad, especialmente en su versión socialdemócrata, es la de un mundo en el que banqueros, empresarios, etc., constituyen el poder económico que controla y dirige el Estado como máxima institución del poder político. El Estado sirve a los intereses de los capitalistas porque sólo es una maquinaria, un instrumento de opresión que, sin embargo, puede cambiar su finalidad si es controlado por el proletariado, y más concretamente por los representantes de esta clase social. Entonces el Estado se convierte en un ente salvador y benéfico que redime a la sociedad al pasar a estar a su servicio en la medida en que es dirigido y organizado según los preceptos establecidos por Marx.

Lo cierto es que Estado y Capital constituyen a día de hoy una misma y única realidad. Tal es así que el Estado es el principal poder económico en la sociedad al apropiarse de una porción del PIB por medio del gasto que ninguna corporación privada alcanza, llegando en algunos casos al 50 ó 70% del mismo. Esto hace que el Estado, con sus presupuestos, sea la organización que mayor cantidad de recursos financieros, económicos y materiales controla y gestiona, sin olvidar la ingente cantidad de funcionarios que tiene a su servicio como mano de obra (el Estado español dispone de aproximadamente 3 millones de funcionarios, más que ninguna corporación privada). Asimismo, ninguna empresa del capitalismo privado tiene la capacidad de gravar la economía con impuestos y menos aún de regularla por medio de innumerables organismos y agencias de las que dispone el Estado, sin olvidar las leyes que organizan tanto el mercado como la economía en su conjunto. El Estado se sirve en primer lugar a sí mismo, sólo después sirve al Capital y lo hace en la medida en que esto le permite servirse de este para conseguir sus propios objetivos que, obviamente, trascienden lo puramente económico. Si el Estado es algo es un maximizador de poder y no de beneficios, tarea que históricamente dejó en manos de la burguesía.

Vemos cómo la izquierda, una y otra vez, apoyada en esa mitología ideológica expelida por el marxismo, ahonda en esa reaccionaria y anticuada idea de defensa del Estado como remedio de todos los males. Y lo hace con el claro propósito de promocionar a sus líderes a la condición de burguesía de Estado encargada de gestionar los ingentes recursos que dicha organización concentra. La burguesía de izquierda martillea la conciencia de la sociedad mediante la repetición sistemática del discurso marxista, y sobre todo socialdemócrata, de que el Estado nos salva, y que desde sus instituciones es como puede cambiarse la realidad injusta del capitalismo. En este sentido el marxismo anula la capacidad reflexiva del sujeto y ciega a quienes se dejan embaucar por un discurso ensordecedor que no se atiene lo más mínimo a los hechos concretos. El resultado es la permanente postración de la clase sometida bien al Estado o bien a una casta de charlatanes que dice representarla.

En todo esto huelga decir que la extinción del Estado como meta última era para Marx una mera concesión retórica para acallar las críticas, pero difícilmente puede conseguirse la desaparición del Estado cuando lo que se propone es su progresivo fortalecimiento y crecimiento, siempre a expensas de la sociedad, mediante la administración de la dominación. La falta de coherencia entre medios y fines, al plantear que el Estado puede ser desvinculado de los fines para los que fue creado (la opresión de la población por una minoría organizada), es lo que lleva una y otra vez a los mismos resultados que hemos podido comprobar en diferentes lugares como la URSS, China, Cuba, etc. En todos ellos apareció una nueva elite dirigente, una burguesía de izquierdas, que oprimió a la población con mayor saña que sus predecesores.

El culto al Estado es un rasgo definitorio del marxismo y de todos los partidos que se adhieren a esta ideología. No por casualidad el fascismo nació en la izquierda e hizo de ese culto al Estado su principal divisa política, a la que le siguió el culto a la personalidad que tanto predicamento tiene en la izquierda. Es lo propio de una ideología totalitaria en la que la libertad y la ética nada importan al estar supeditadas al principio de eficacia política en la lucha por el poder. Sin lugar a dudas la razón instrumental ha sido un elemento fundamental en la práctica de las organizaciones marxistas, lo que unido a las ideas desarrollistas, productivistas e industrialistas hacen explicable que cuando el marxismo ha sido puesto en práctica haya producido sociedades distópicas llenas de sufrimiento para la población.

El balance general que puede hacerse de las ideas de Marx, y más específicamente de su sistema de pensamiento, es negativo. La historia, a la que los marxistas siempre han considerado el último juez, da suficientes pruebas de la negatividad intrínseca de una ideología que tanto daño ha producido a la humanidad. Una ideología que se empecina en separar al capitalismo del Estado cuando es el Estado el que crea, protege y reproduce el capitalismo. Una ideología que hace de la principal causa de los males de la humanidad, el Estado, el remedio de esos mismos males que produce. El marxismo, junto al izquierdismo que le es intrínseco, merece el repudio de todos los que amamos la libertad, y que por ello mismo aspiramos a un mundo sin amos ni esclavos, sin explotadores ni explotados, sin jefes ni súbditos, sin gobernantes ni gobernados, sin opresores ni oprimidos. Por todo esto Karl Marx sólo puede ser considerado una fatalidad que únicamente merece estar en el cubo de la basura de la historia.
Esteban Vidal

Entrevista a Enrique Martinez Reguera


Entrevista a Enrique Martinez Reguera

¿Cuál fue la intención al reeditar “Por si llegas a leernos querido Walter?

Nos motivó el habernos enterado de nuevos e interesantes datos sobre este caso. Hemos sabido que la familia extensa de Walter lo reclamó repetidamente desde Camerún antes de haber sido entregado en adopción y no entendemos cómo España puede dar en adopción un niño que no es español, sin contar con el país de donde procede ni con la familia que cuidó los tres primeros años del niño y podía seguir haciéndolo.

Cuando fuimos a Logroño, lo hicimos con el deseo de que un amigo jesuita hiciera de mediador entre la familia biológica y la familia adoptiva, para que ambas se conocieran y pudieran establecer una relación cordial. Guste o no, la realidad es que este niño tiene dos familias que le quieren y que podrían contribuir a su bienestar y su desarrollo. No se discuten los derechos de las familias sino el derecho de este niño a gozar de ambas familias. Walter tiene dos hermanitos que desean conocerle ¿en nombre de qué supuesto “interés superior” del menor se les ha arrebatado a esos niños el crecer junto a su hermano mayor? Con el señuelo de un supuesto “interés superior del menor” a Walter se le han hurtado sus raíces, su memoria, su primera crianza, ignorando hasta el color de su piel.

En esta segunda edición del libro habéis incluido una carta dirigida a los padres adoptivos. ¿Qué deseáis comunicarles? ¿Pensáis que la hayan leído?

Se nos ocurrió que un capítulo debería expresar lo que deseamos. Lo fundamental es, que no queremos entablar disputa sobre el niño. Jamás hemos pensado arrebatarlo; al niño ya le ha bastado de truculencias con una sola vez. Al contrario, estamos muy agradecidos por el cariño y la atención que le ofrecen. Lo que sí queremos, es que se reconozca la realidad: que ambas familias tienen un cariño en común, a una misma persona y esto debiera unirlas, nunca enfrentarlas. Además el chiquillo ya tiene trece años y se estará preguntando por qué vive con la familia con la que vive. ¿Sabe que sus papás llevan años luchando por poder abrazarlo? Lo que querríamos transmitir es que el niño podrá ser más feliz sabiendo que ni él ni los papás que le dieron vida tienen nada de qué avergonzarse.

Monike y Ferdinand han sido absueltos ante el Juzgado de lo Penal y ante la Audiencia de todas las acusaciones que los servicios sociales formularon contra ellos.

Ciertamente. Aun así, éstos, los mal llamados servicios sociales, nunca han rectificado. En mi opinión: actuaron precipitadamente porque a los dos días de recoger información sobre el caso ya declararon el desamparo; actuaron tendenciosamente, porque sólo recogieron las opiniones que suscitaban sospechas, y ninguna de la información favorable que abundaba: de la guardería donde estaba el niño, de la casera en donde vivía, del forense, de la psicóloga oficial, de los especialistas de la Universidad de Bilbao que estudiaron el caso, etc., ni finalmente de la fiscalía. Se saltaron la normativa, no hubo un plan de actuación tal y cómo dicta el protocolo local, nacional e internacional.
La legislación cántabra, española y europea dicen claramente que la familia extensa tenga prioridad frente a la adopción cuando sea posible. Esto era posible, estaba reclamando al niño. Entregaron en adopción a un niño que no era español sin contar con el país ni con la familia de origen. Algo tendrá que decir Camerún.

Actuaron con indisimulada crueldad: cómo se le puede permitir a un funcionario por muy técnico que se crea “sentenciar”: “jamás volverán a ver a su hijo” o dificultando el poder visitarlo, incluso contraviniendo las disposiciones del juez.

Actuaron del modo más traumático, por la forma cómo se lo llevaron, que un niño de cuatro años tuvo que vivir inevitablemente como un secuestro.

Actuaron con dudosa legalidad, porque resolvieron la adopción anticipándose a la sentencia absolutoria dictada por el juez de lo penal.

Actuaron de forma asocial, coaccionando a la abogada que defendía el caso y amenazando a la guardería y a la cocina económica con retirarle los recursos sociales, por el interés que mostraban en defender al niño.

De hecho, ahora, el caso irá al constitucional por vía administrativa y si tampoco ahí se resuelve, irá ante la justicia europea.

¿El caso de Walter es una excepción o conoces más casos?

Son multitud. Yo he conocido esta misma semana otros dos casos. La ley de protección jurídica del menor es en realidad una ley de desprotección jurídica de las familias. El mundo económico/político que vivimos tiene sumo interés en sacarle rentabilidad a las familias sin otros recursos, institucionalizándolas, estatalizándolas, interviniéndolas. Convirtiendo en materia de consumo su tiempo real y sus expectativas de futuro.

Ahora se habla mucho (y con razón) de los niños que se robaron bajo el franquismo. Pero desde los años 80 para acá se sigue arrebatando multitud de niños, aunque ahora no se “roban”, se “expropian” como si fueran un mueble, como siempre hicieron los regímenes autoritarios.

En la época de Franco si una familia necesitada no se veía capaz de alimentar a sus hijos, entregaba alguno a una institución religiosa que le merecía confianza. Y las familias que deseaban adoptar un niño acudían a esa misma mediación. Todo ello envuelto en gratificaciones económicas. Es fácil imaginar los abusos y aberraciones a que se prestaba tal sistema.

Lo que ahora ocurre es, que en nombre del supuesto interés superior del menor y a cobijo de un ley de protección jurídica, se ha sustituido aquella mediación privada por un abigarrado sistema intervencionista de “técnicos”, psicólogos, pedagogos, logopedas, educadores de fin de semana y etc, etc. Y lo que antes eran “gratificaciones” ahora se ha convertido en “ineludibles servicios” que mueven ingente cantidad de intereses y capital; personas que van a vivir y viven de gestionar e intervenir sobre esas familias y esas indefensas criaturas. Sofisticado y brumoso sistema de tráfico de niños.

Me sorprende la alarma originada por el despropósito de Tramp, de separar a los niños inmigrantes de sus padres, en contraposición con la ciega y sorda indiferencia de nuestra ciudadanía ante los miles de niños que todos los años arrebatan las comunidades autónomas a sus padres. La ley de protección jurídica del menor, que por cierto redactó la interpol en Shegen, lo sacraliza todo.

Y entrando ya en minucias de bulto, me preocupa muchísimo el secretismo, anonimato y la clandestinidad, con que actúan los supuestos “técnicos” o comisarios políticos de intervención en la infancia. Con el pretexto de protegerse. Si tienen que protegerse de las personas sobre las que intervienen es porque nuestros “servicios sociales” han dejado de serlo.

Te proponemos hacer un puente entre la etapa franquista y nuestra actualidad. Queríamos preguntarte por el negocio de la seguridad, la criminalización de la infancia a través del concepto de “peligrosidad” y los años 80.

En los años 80, cuando entró el Psoe, institucionalizaron la infancia: ley de protección jurídica, ley penal de menores, decreto de derechos y deberes de los alumnos. Los “chavales” dejaron de serlo y se convirtieron en “menores” que es un concepto jurídico/penal. Para ello montaron una gigantesca campaña de criminalización. Horas y horas hablando en los medios de comunicación de niños navajeros… toda una estrategia para hacernos creer que los chavales se habían vuelto peligrosísimos. Sobre esa campaña de miedo, se instaló el negocio de la seguridad ciudadana; un negocio que hasta entonces no existía: puertas blindadas, cerrajerías, vehículos equipados, cámaras de videovigilancia, guardas jurados, policías de menores…

Recomiendo sobre este tema un librito que publiqué hace tiempo en la Editorial Popular y que se llama “La calle es de todos”, donde a través de recortes de periódicos de la época, muestro el negocio en que se convirtió la infancia mediante el miedo y la inseguridad. Si lo tomáis con humor, hasta puede ser divertido. Querían que desconfiáramos unos de otros para acabar con el tejidos social y lo consiguieron. Cambiaron la noción de infancia. Ya no son niños como cuando yo lo era. Ahora son menores. Y así van transitando de chiquillos a menores, de menores a clientes, de clientes a usuarios de una plaza, de usuarios a plazas disponibles, porque las plazas no sienten ni padecen.

Miles de familias como estos vecinos de Astillero sobre los que hablamos, se ven solas en situaciones complicadas. De no ser por pequeñas alianzas y gestos solidarios, es más fácil que prolifere el abuso y la violencia contra ellas. ¿Qué es lo primero que hacéis tú y tus compañeros cuando os encontráis con situaciones como esta?

Cuando conocemos un caso, salimos a su encuentro, nos ofrecemos, lo acompañamos.
Imaginate lo que pudo ser para estas personas migrantes del Camerún, que de la noche a la mañana la comunidad cántabra les arrebatase un hijo, les amenazase con 9 años de cárcel por supuestas torturas.

Lo que hacemos y recomendamos es establecer todos los vínculos humanos que sean posibles, para compartir el problema desde dentro.

Lo primero es, estar al lado de sus penurias e incluso de sus posibles errores para que su cambio sea posible. Lo segundo, advertir a la ciudadanía que el miedo la está cosificando, que es necesario recuperar la calle y el tejido social, en una época en donde la sacralización del dinero y el dogmatismo del capital nos está deshumanizando, cosificando.

Debemos crear grupos de apoyo, tejido social, denuncia social.

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Marx y Bakunin (desde Rubel y Janover en “Marx Anarquista”)

Marx y Bakunin (desde Rubel y Janover en “Marx Anarquista”).





 
Tomado de: http://www.sindominio.net/etcetera/PUBLICACIONES/minimas/44_marx_anarquista.pdf

-Bakunin: Ya hemos expresado repetidamente una muy viva aversión por la teoría de Lassalle y de Marx,que recomienda a los trabajadores, sino como ideal supremo por lo menos como objetivo esencial inmediato, la fundación de un Estado popular que, como ellos mismos han explicado, no sería más que “el proletariado organizado como clase dominante”. Y se preguntará: Si el proletariado pasa a ser la clase dominante, ¿a quién dominará? Seguirá pues habiendo aún una clase sometida a esta nueva autoridad, a este Estado nuevo.
-Marx: Ello quiere decir que, tanto tiempo como existan las demás clases, especialmente la clase capitalista, tanto tiempo como el proletariado luche con ésta (ya que pese a su poder gubernamental, ni sus enemigos ni la vieja organización de la sociedad habrán desaparecido aún), ha de emplear medios de fuerza, o sea medios de gobierno; es aún él mismo una clase, y las condiciones económicas sobre las que descansan la lucha de clases y la existencia de las clases no han desaparecido aún y han de ser suprimidas o transformadas mediante la fuerza; el proceso de su transformación ha de ser acelerado mediante la fuerza.
-Bakunin: Por ejemplo, la plebe de los campos que, como es sabido, no es favorecida por los marxistas y que, situada a más bajo nivel de la civilización, será probablemente dirigida por el proletariado de las ciudades y de las fábricas.
-Marx: Ello quiere decir que allí donde el campesino existe en masa como propietario privado, allí donde constituye incluso una mayoría más o menos considerable, como en todos los Estados del continente europeo occidental, donde no ha desaparecido y ha sido sustituido por jornaleros agrícolas como en Inglaterra, podrían presentarse los siguientes casos: o bien el campesino impide o hace abortar la revolución obrera, como lo ha hecho hasta el momento en Francia; o bien el proletariado (ya que el campesino propietario no pertenece al proletariado y cuando pertenece al mismo debido a su situación cree no pertenecerle) debe, en tanto que gobierno, tomar medidas que permitan al campesino mejorar inmediatamente su situación, ganándolo así para la revolución; medidas que, sin embargo, faciliten virtualmente la transición de la propiedad privada del suelo a la propiedad colectiva, de manera que el campesino la alcance espontáneamente en el plano económico. Pero el proletariado no debe contrariar frontalmente al campesino proclamando, por ejemplo, la abolición del derecho de herencia o la abolición de su propiedad; ello sólo es posible allí donde el granjero capitalista haya sustituido a los campesinos y donde el auténtico agricultor sea tan proletario asalariado como el trabajador urbano, que tenga pues directamente -y no indirectamente- los mismos intereses que él; y aún debería reforzarse la propiedad parcelaria engrandeciendo la parcela mediante la anexión de grandes extensiones ofrecidas a los campesinos, como sucede en la campaña revolucionaria de Bakunin.
-Bakunin: O bien, si se considera la cuestión desde el punto de vista nacional, digamos para los alemanes la cuestión de los eslavos, éstos se encontrarán, por idéntico motivo, en una sujeción de esclavo con respecto al proletariado alemán, idéntica a la de este proletariado con respecto a su burguesía.
-Marx: ¡Estúpido! Una revolución social radical está vinculada a ciertas condiciones históricas del desarrollo económico; éstas son lo previo de esta revolución, que sólo es pues posible allí donde, gracias a la producción capitalista, el proletariado industrial ocupa por lo menos una posición importante en la masa de pueblo. Y, para que tenga alguna oportunidad de vencer, es preciso que esté capacitada para hacer directamente, procediendo a los cambios necesarios, para los campesinos por lo menos tanto como la burguesía francesa hizo en su revolución para los campesinos franceses de la época. ¡Bonito hallazgo, la idea según la cual el reino del trabajo encierra la opresión del trabajo agrícola! He aquí donde Bakunin descubre su pensamiento íntimo. No comprende absolutamente nada de la revolución social, excepto la fraseología política al respecto. Las condiciones económicas no existen según él. Pero como hasta aquí todos los sistemas económicos, desarrollados o no, implicaban la sumisión del trabajador (fuera bajo el aspecto de obrero asalariado, de campesino, etc.), piensa que la revolución radical es posible de igual manera en todos los sistemas ¡Más aún! Pretende que la revolución social europea basada sobre la base económica de la revolución capitalista se realice al nivel de los pueblos agricultores y de pastores rusos o eslavos; pretende que no supere este nivel, aunque admite que la navegación marítima crea una diferencia entre estos hermanos, pero sólo la navegación marítima, la única diferencia conocida de todos los hombres políticos. No son las condiciones económicas, es la voluntad que es la base de la revolución social tal como la entiende.
-Bakunin: Quien dice Estado, dice necesariamente dominación y, en consecuencia, esclavitud; un Estado sin esclavitud, declarada u oculta, es inconcebible, he aquí porque somos enemigos del Estado. ¿Qué significa, el proletariado organizado en clase dominante?
-Marx: Significa que en vez de luchar mediante actos aislados contra las clases económicamente privilegiadas, el proletariado ha adquirido suficiente fuerza organizada para emplear contra ellas en la lucha unos medios generales de coacción; pero solamente puede emplear medios económicos que suprimen su propio carácter en tanto que salariat (en fr.), o sea en tanto que clase; asimismo, siendo total su victoria, se acaba su dominio y por tanto su carácter de clase.
-Bakunin: ¿Significa ello que el proletariado estará todo él a la cabeza del gobierno?
-Marx: En un sindicato, por ejemplo, ¿todos los miembros constituyen su comité ejecutivo? ¿En las fábricas va a detenerse la división del trabajo y las diversas funciones que de ella derivan? Y en la construcción “de abajo arriba” de Bakunin, ¿estarán todos “arriba”? No habrá pues un “abajo”.¿Todos los miembros de la Comuna administrarán simultáneamente los comunes intereses del distrito? Entonces, no va a haber diferencia entre Comuna y distrito.
-Bakunin: Se cuenta con unos 40 millones de alemanes. ¿Puede decirse que esos 40 millones forman parte del gobierno?
-Marx: ¡Seguro! Ya que la cuestión empieza con el autogobierno de la Comuna.
-Bakunin: Yal gobernar todo el pueblo, ¿no habrá ya gobernados?
-Marx: Cuando un hombre se domina a sí mismo, no se domina según este principio; ya que de hecho él es él mismo y no otro.
-Bakunin: Entonces, no habrá gobierno, no habrá Estado, pero si hay uno solo, habrá gobernados, habrá esclavos.
-Marx: Ello significa simplemente: cuando la dominación de las clases haya desaparecido y no haya Estado en el sentido actual.
-Bakunin: En la teoría de los marxistas, ese dilema es simplemente resuelto. Mediante el gobierno popular, ellos...
-Marx: (o sea Bakunin)
-Bakunin: entienden el gobierno del pueblo por medio de un reducido número de representantes elegidos por el pueblo.
-Marx: ¡Estúpido! ¡Galimatías democráticos, chocheces políticas! La elección es una forma política que se practica en la menor comuna rusa y en el artel. La naturaleza del escrutinio no procede de este nombre sino de la base económica, de los vínculos económicos de los electores; y tan pronto las funciones han cesado de ser políticas, 1) ya no existen funciones gubernamentales; 2) el reparto de las funciones generales ha pasado a ser cuestión de rutina que no confiere autoridad alguna; 3) el escrutinio no tiene nada del carácter político que tiene hoy.
-Bakunin: La elección por el conjunto del pueblo...
-Marx: El conjunto del pueblo, tal como se le entiende hoy, es algo meramente quimérico.
-Bakunin: de los representantes del pueblo y dirigentes del Estado -última palabra de los marxistas así como de la escuela demócrata- es un engaño que cubre el despotismo de la minoría dirigente, engaño tanto más peligroso que está presentado como la presunta voluntad del pueblo.
-Marx: Una vez establecida la propiedad colectiva, la llamada voluntad del pueblo desaparece para dar paso a la voluntad real de la cooperativa.
-Bakunin: Así... se llega al mismo resultado..: una minoría privilegiada asume la dirección de la inmensa mayoría de la masa del pueblo. Pero esta minoría, dicen los marxistas,
-Marx: ¿.Dónde?
-Bakunin: se compondrá de trabajadores. Sí, por cierto, de viejos trabajadores pero que, desde que habrán pasado a ser gobernantes o representantes del pueblo, cesarán de ser trabajadores.
-Marx: No más que un industrial cesa hoy de ser capitalista por convertirse en concejal.
-Bakunin: y se pondrán a mirar el mundo proletario desde arriba del Estado, no representando ya al pueblo sino a ellos mismos y sus pretensiones de gobernarlo. Quien lo dude, no conoce la naturaleza humana.
-Marx: Por poco que Bakunin hubiera estado familiarizado aunque sólo fuera con la posición de un manager en una cooperativa obrera de producción, sus divagaciones sobre la autoridad se irían a paseo. Debía haberse preguntado: ¿qué forma pueden revestir las funciones administrativas sobre la base de este Estado obrero, ya que quiere usar este término?
-Bakunin: Esos elegidos serán en contrapartida socialistas convencidos. Las palabras "socialista sabio".
-Marx: jamás utilizadas.
-Bakunin: -"socialista científico"
-Marx: utilizado sólo por oposición al socialismo utópico que querría hacer engullir al pueblo nuevas simplezas en vez de restringir su ciencia a la comprensión del movimiento social practicado por el propio pueblo; véase mi libro contra Proudhon.
-Bakunin: que vuelven sin cesar en los escritos y discursos de los lassallianos y marxistas, prueban por sí mismos que el autodenominado Estado popular no será más que la dirección despótica ejercida sobre las masas del pueblo por una nueva aristocracia poco numerosa de auténticos o presuntos sabios. El pueblo, al no ser sabio, será pues completamente liberado de las preocupaciones gubernamentales e integrado por completo en el rebaño de los gobernados. ¡Bella liberación! Los Marxistas se dan cuenta de esta (!) contradicción y, admitiendo que la dirección gubernamental es de los sabios.
-Marx: (Quelle rêverie!) (en fr.)
-Bakunin: la más pesada, la más vejatoria y la más despreciable que sea, será, pese a todas las formas democráticas, una verdadera dictadura, se consuelan con la idea de que esta dictadura será temporal y de corta duración.
-Marx: ¡Non, mon cher! (en fr.) -los marxistas se consuelan con la idea de que la dominación de clase de los trabajadores sobre las capas sociales del viejo mundo en lucha con ellos sólo podrá durar tan largo tiempo que no sea destruida la base económica de la existencia de las clases.
-Bakunin: Pretenden que su única preocupación y su único objetivo sea instruir y educar al pueblo.
-Marx: (¡Político de cabaret!)
-Bakunin: tanto económica como políticamente, a tal nivel que cualquier gobierno no tardará en volverse inútil; y el Estado, tras haber perdido su carácter político, o sea autoritario, se transformará por sí mismo en una organización completamente libre de los intereses económicos y de los comunes. Hay en ello una contradicción flagrante. Si su Estado es efectivamente un Estado popular, ¿porqué destruirlo? y si su destrucción es necesaria para la emancipación real del pueblo, ¿porqué se atreven a llamarlo popular?
-Marx: Sin referirnos al hecho de que Bakunin ensarta sin cesar la manía de Liebknecht llamada Volkstaat, que es una ineptitud dirigida contra el Manifiesto Comunista, etc., sólo hay una cosa que decir: dado que durante el período de lucha por el derrocamiento de la vieja sociedad el proletariado actúa aún sobre la base de la vieja sociedad y en consecuencia sólo se mueve aún en formas políticas que le eran más o menos propias, aún no ha alcanzado, durante ese período de lucha, su constitución definitiva y emplea medios para liberarse que serán caducos tras la liberación. El sr. Bakunin concluye pues de ello que sería preferible que el proletariado no hiciera nada... y que esperase el momento de la liquidación general, del Juicio final.
-Bakunin: Gracias a nuestra polémica...
-Marx: (Que evidentemente apareció antes que mi libro contra Proudhon y el Manifiesto comunista, e incluso antes que Saint-Simon).
-Bakunin: contra ellos.
-Marx: (Bello hýsteron próteron)
-Bakunin: nosotros les llevamos a reconocer que la libertad o la anarquía.
-Marx: (El sr. Bakunin no ha hecho más que traducir en tártaro confuso la anarquía de Proudhon y de Stirner)
-Bakunin: Es decir, la libre organización de las masas obreras de abajo arriba,…
-Marx: (¡Necedad!)
-Bakunin: Es el objetivo último de la evolución social y que todo Estado, sin exceptuar el Estado popular, es un yugo, lo que significa que, por una parte engendra el despotismo y, por la otra, la esclavitud. 

 [ Consejista, Anarquista, Nihilista webgunetik hartua ]

La llama (tercer tomo de La forja de un rebelde), de Arturo Barea

Fragmento de La llama (tercer tomo de La forja de un rebelde), de Arturo Barea

 

Bellos y no tan conocidos párrafos de Arturo Barea sobre su experiencia cercana a la locura en mitad del asedio a Madrid en la Guerra Civil. El miedo, el insomnio y la acumulación de horrores vividos como detonadores de un proceso que quiebra la estabilidad mental. Tal lejos y tan cerca. La Gran Vía, los obuses. La familiaridad de la fragilidad en épocas distintas…

Escuchaba con el conjunto de mi cuerpo por el silbido de un obús o el zumbido de un avión entre los mil ruidos de la calle; mi cerebro trabajaba febrilmente tratando de eliminar todos los sonidos que no eran hostiles y de analizar todos los que contenían una amenaza. Tenía que luchar incesantemente dentro de mí mismo contra esta obsesión, porque amenazaba cortar el hilo de lo que estuviera haciendo, escuchando o diciendo. Las gentes y las cosas alrededor de mí se borraban y contorsionaban en formas fantasmales, tan pronto como perdían el contacto directo conmigo. Me aterrorizaba estar en una habitación solo y me aterrorizaba estar en la calle entre las gentes. Cuando estaba solo, me sentía como un niño abandonado. Era incapaz de subir solo a nuestro cuarto en el hotel, porque esto suponía tener que cruzar solo la Gran Vía y porque después era incapaz de enfrentarme a solas con el cuarto. Cuando estaba en la habitación, me quedaba mirando la fachada blanca de la Telefónica, con los orificios de sus ventanas cubiertos de ladrillos o enmascarados con cortinas negras y sus docenas de cicatrices de granadas. Lo odiaba y me fascinaba. Pero no podía soportar más el mirar hacia abajo, hacia la calle.

Aquella noche me dio una fiebre alta y, aunque no había comido, vomité jugos amargos en convulsiones espasmódicas. Al día siguiente mi boca se llenaba del líquido agrio al sonido de una motocicleta, de un tranvía, del chillido de un freno, de las sirenas de alarma, del zumbido de los aviones, de la explosión de granadas. Y la ciudad estaba llena de estos ruidos.

Me daba perfecta cuenta de lo que me estaba pasando, y luchaba desesperadamente contra ello: tenía que trabajar y no tenía derecho a mostrar nerviosismo o miedo. Estaban los otros, ante los que yo tenía que mostrarme sereno si quería que ellos estuvieran serenos. Me acogí al pensamiento de que tenía el deber de no mostrar miedo, y de esta manera me encontré obsesionado con otra clase de miedo: el miedo de tener miedo.

Aparte de Ilsa y de mi cuñado Agustín, al cual había incorporado a la oficina como ordenanza en el puesto de Luis, todos sabían tan sólo que no me encontraba bien y que parecía tener un humor especialmente sombrío. El bombardeo era cada vez más continuo.

Los mismos periodistas pedían un traslado de la oficina de censura a un sitio más seguro; a petición suya habíamos instalado teléfonos para las conferencias en el piso bajo del edificio, pero aun así tenían que andar y cruzar constantemente la Gran Vía y esto se había convertido en un peligro innecesario e irrazonable. Ilsa era casi la única persona que defendía nuestra estancia allí: había tomado cariño a los muros de la Telefónica y se sentía una parte integrante de ella. Pero la situación se había hecho imposible de mantener hasta por ella misma.

En el hotel cambiamos nuestro cuarto a la espalda del edificio, donde nuestras ventanas daban a un patio interior, estrecho como una chimenea, que recogía y amplificaba todos los ruidos. Sufría ataques de fiebre y ataques de vómito y ni dormía ni comía. Por un día entero hice la censura en el rincón oscuro del hall del hotel, mientras Ilsa la hacía sola en la Telefónica. Fue ella quien obtuvo de Rubio Hidalgo la autorización para cambiar la censura al edificio del Ministerio de Estado. Algunos de los periodistas pedían que el traslado se hiciera a uno de los barrios más quietos y casi totalmente seguros contra el bombardeo, pero esto hubiera tomado mucho tiempo y una complicada instalación de cables. En el Ministerio, el cuarto de prensa y el de censura tenían aún las instalaciones y sus muros eran de gruesa piedra, aunque el edificio estaba dentro del alcance de los cañones y en el borde de su habitual campo de tiro.

La Telefónica había sido tocada por más de ciento veinte granadas, y aunque dentro de sus paredes no había caído ni una sola víctima en todo este tiempo, los periodistas y los censores teníamos el presentimiento de un desastre inevitable.

El primero de mayo, la Oficina de Prensa Extranjera y la censura volvieron al Ministerio de Estado en la plaza de Santa Cruz. Durante algunos días aguardé, sin moverme de mi rincón en el hall del hotel, que la mudanza quedara terminada, luchando contra mí mismo y perdido dentro de mí. Por entonces ignoraba que Ilsa cruzaba la calle bombardeada y trabajaba durante ocho días en el piso cuarto de la Telefónica, con la convicción absoluta de que estaba condenada a ser matada allí. Y en mi ignorancia y mi egoísmo, la dejé incluso que fuera ella quien coleccionara todos los documentos importantes y los llevara al ministerio, ayudada por Agustín.

El día después de haber dejado definitivamente la Telefónica, un obús penetró por una de las ventanas de la desierta oficina y explotó sobre la mesa central. Unos pocos minutos después de las cinco. Todas las tardes, a las cinco en punto, Ilsa se había hecho cargo del servicio y se había sentado a esa misma mesa a trabajar.

El Ministerio de Estado está construido alrededor de dos grandes patios enlosados y techados con cristales, y separados uno de otro por la monumental escalera de piedra que conduce a los pisos superiores, arrancando de la triple entrada del edificio.

[…]

Al cabo de unos pocos días, cuando vi que tampoco podía dormir allí, pedí al médico del ministerio que me reconociera y me diera alguna droga que me ayudara. Me dio una medicina a base de opio. Ilsa pensaba que la mejor cura era batallar mentalmente contra la obsesión y vencerla, pero no entendía que simplemente no pudiese dormir. Aquella noche me metí en la cama temprano, tambaleándome de exhaustación y de falta de sueño, y me tomé la dosis ordenada por el médico.
Me hundía en un pozo profundo. Se disolvían las líneas del cuarto. Agustín no era más que una sombra que se movía entre paredes amarillas sin fin que se perdían a su vez en abismos oscuros. La luz era un resplandor débil que se iba apagando lentamente. Mi cuerpo perdió el sentido de peso y comenzó a flotar. Me hundía en el sueño.

Me invadió un terror infinito. Ahora, en aquel mismo momento, iba a comenzar el bombardeo. Y yo estaría allí atado en la cama, incapaz de moverme, de protegerme. Los otros se irían a los sótanos y me dejarían solo allí. Comencé a luchar desesperadamente. La droga había obrado sobre los nervios motores y no podía moverme. Mi voluntad no quería someterse, no quería dormir ni dejarme que yo durmiera. Dormir era correr peligro de muerte. El cerebro me gritaba órdenes urgentes: «¡Muévete, sal de la cama, chilla!». La droga continuaba su ataque. Me sacudían olas de náuseas profundas dentro de mí, como si las entrañas se hubieran desintegrado de mi cuerpo y se agitaran furiosamente, buscando su liberación con manos, no, con garras y dientes propios. Alguien estaba hablando encima de mi cabeza, pegado a mí, tratando de explicarme algo, pero yo estaba muy lejos, aunque veía las sombras de sus cabezas enormes inclinadas sobre mí. Me sentía lanzado en abismos sin fin, cayendo en el vacío sin llegar nunca, con una presión horrible en el estómago; y al mismo tiempo tratando de empujar hacia arriba con todo mi cuerpo y resistir la caída y el choque final en el invisible fondo del abismo. Me estaba despedazando; mis miembros se convertían en masas algodonosas y deformes y desaparecían de mi vista, aunque aún seguían estando allí; y yo estaba tratando de recuperar estos brazos y estas piernas, estos pulmones y estas entrañas mías que se estaban disolviendo. Caras fantasmales y manos monstruosas y sombras flotantes se apoderaban de mí, me levantaban y me dejaban caer, me llevaban más y más lejos. Y yo sabía que en aquel mismo momento iban a comenzar las explosiones. Me sentía muriéndome de desintegración de mi cuerpo, con sólo un cerebro inmenso dejado a solas que acumulara todas sus energías contra esta muerte, contra esta disolución del cuerpo a que estaba unido.

Nunca he sabido si aquella noche estuve en el umbral de la muerte o de la locura. Tampoco Ilsa ha sabido nunca si ella me vio marchar inevitablemente hacia uno de los dos fines.

Lentamente mi voluntad iba siendo más fuerte que la droga. Al amanecer estaba completamente despierto, envuelto en sudor frío, mortalmente agotado, pero triunfante y capaz de pensar y moverme. A la caída de la tarde sufrí un nuevo ataque, en el que me revolqué sobre la cama, luchando por retener mis sentidos, mientras Ilsa, que no se atrevía a dejarme solo, contestaba las preguntas de dos visitantes polacos, antipáticos, sentados a la mesa que había en el cuarto. Veía sus caras distorsionadas haciendo muecas y trataba de no llorar. Parece, sin embargo, que lo hice.

La parte peor de mi experiencia, y de todas las fases de la experiencia a que me llevó el choque, fue que todo el tiempo me daba perfecta cuenta del proceso y de su mecanismo. Sabía que estaba enfermo y lo que tengo que llamar anormal: mi «yo» estaba luchando contra un segundo yo, rechazando el rendirse a él, dudando a cada momento de tener la energía necesaria para vencer; y prolongando así la batalla, dudaba si el otro yo que producía este miedo abyecto de destrucción no tenía realmente razón. Para poder vivir entre los otros, tenía que suprimir esta duda.

Cuando me levanté y reanudé el trabajo, me sentí completamente aparte de los demás, que a mí me parecían anormales por su incapacidad de compartir mis propias angustias. No podía librarme de la introspección, porque estaba obligado a mantener un control consciente sobre mí mismo, y esta autoobservación constante me hacía observar a los demás desde un nuevo ángulo.

Perdí mi interés en el trabajo de la oficina que los otros seguían en las líneas marcadas, manteniendo una resistencia pasiva y creciente contra los dictados de la oficina de Valencia. Lo que ocupaba toda mi imaginación era el entender los impulsos que movían en nuestra guerra a otras gentes y entender el curso de la guerra en sí.

Me parecía a mí que a cada individuo le impulsaban a la lucha cosas pequeñas impensadas e irrazonables, cosas que respondían sólo a emociones hondas e indefinidas.

Una partícula de materia gris palpitante había puesto en movimiento dentro de mí una cadena de pensamientos y emociones ocultos. ¿Qué era lo que animaba a los otros? No lo que decían en palabras ordenadas y escogidas, sino lo otro.

[ Primera Vocal-etik hartua ]

En el Zara

En el Zara
 


En el Zara


camisetas de los Ramones,

Slayer,

el Ché

y otros radicales antisistema…


Y yo buscando la utopía

en el sitio equivocado.


Amancio, dime, amor mío,

¿cuál es el camino

que lleva a la libertad?





Cristian Esteban Martín

Imagen: David Plunkert
[ Conrado Santamaríaren Escombros con hoguera poesia blogetik hartua ] 

Perdón, ¿sabe alguien por ahí qué es una secta?

Perdón, ¿sabe alguien por ahí qué es una secta?

Foto de Virqan Arg
Articulo publicado en El Periódico de Catalunya, el 19 de agosto de 1990

PERDÓN, ¿SABE ALGUIEN POR AHÍ QUÉ ES UNA SECTA?
Manuel Delgado

Conforme. ¿Duro con ellas! Acabemos de una vez por todas con las sectas y sus abyectos planes. Pero, por favor, que antes alguien nos explique bien qué es una secta, porque luego pasa lo que pasa. Como no hace mucho, cuando una encuesta demostró que de las tres sectas más conocidas por los jóvenes, dos no eran sectas. Una, los Testigos de Jehová, está dedicada a difundir el mensaje de Cristo, y la otra, el Opus Dei, es una simpática y entrañable asociación benéfico-recreativa vinculada a las más altas instancias de la Iglesia católica.

Porque, vamos a ver, si me dicen que una secta es una organización cerrada, en la que sus miembros se integran por completo, renunciando a sus bienes, a la vida social, a su independencia y a su intimidad, no sé si me hablan de Ceis, de Hare Krhisna o de los jesuitas o de cualquier otra orden religiosa. Algo parecido pasa con prácticas dañinas atribuidas a las sectas –proselitismo, obediencia a un líder infalible, etcétera- que son encontrables en muchas instituciones religiosas respetables. Dicho de otra forma, entre lo que es una secta y lo que es una iglesia nadie es capaz de ofrecer una distinción clara que no sea la del grado de proximidad al poder social o político que detenten.

Alguien me aclara que las sectas tienen especial interés .y eso es lo que las hace más perniciosas- en destrozar familias. Aunque, la verdad, eso no las apartaría demasiado del discurso evangélico. Tómese a Mt. 10 34 o a Lc. 12 51: “He venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con la suegra” ; o a Mt 10 37 y Lc. 14 26: “Si alguien viene donde mí y no odia a su padre y a su madre, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas…, no puede ser discípulo mío”. Lo cierto es que hay un montón de religiones que obligan a sus oficiantes a abandonar a los suyos para entregarse por completo al apostolado. Algunas son tan radicales que incluso les prohíben casarse y tener hijos. Además, en vez de rescatar a quienes se han apartado de su hogar tener la buena idea de liberar a los que lo han hecho a la fuerza. Búsquese en cuarteles, cárceles, asilos, hospitales, manicomios, etcétera y se dará enseguida con un buen número de ellos.

“Lo que pasa es que crean adicción psicológica para sacer el dinero a los adeptos”. Ya entiendo. Les pasa lo que a mucha gente, que no pueden dar un paso sin acudir a su psicoanalista o su echadora de cartas. Por lo demás, hay muchas modalidades de terapia de grupo y no se ve por qué la de los sectarios es peor que la de los estudiosos de los ovnis o la de los defensores de los animales. En el actual mercado de sentidos de la vida cada cual escoge la oferta que mejor le sienta.

Luego llegamos a la cosa sexual. A mí, lo que se imputa a las sectas me recuerda lo del amor libre y la vida en comuna de los hippies de los 60 y 70. ¿Será la represión contra las sectas un síntoma más de la ola de puritanismo que, como tantas cosas made in USA, ha acabado por impregnar a nuestras autoridades? “¿Ah! –se dirá- ¿Pero es que pervierten hasta a los niños!”. Es verdad. Los Niños de Dios tenían manuales que enseñaban a masturbarse a los pequeños –qué tontos deben ser los niños de la secta-, pero para perversión-perversión, Oliver. ¿A que sí?

Luego está la cuestión del lavado de cerebro de los adeptos. ¿Cómo si los que estamos fuera no estuviéramos tan programados como ellos! Por cierto, ¿se acuerdan ustedes de la campaña televisiva que tanto contribuyó a que tomáramos libremente la decisión –que pronto tendremos oportunidad de celebrar- de permanecer en la OTAN? ¿Aquello sí que fue control de las mentes!

Y ya que estamos en el asunto… Traigan a su mente las imágenes que la otra noche nos brindaba la televisión, con los adeptos del vidente Ángel Muñoz tirando tejas a los centenares de personas que asediaban su iglesia en Benaguasil. Seguro que los interesados por la historia contemporánea española y a los viejos del lugar les suenan algo. ¿Alguien ha caído en la cuenta de que las acusaciones contra las sectas –avaricia, mala fe, falsas doctrinas, fanatismo, lujuria, corrupción de menores, etcétera- son idénticas no ya sólo a las que la inquisición formulaba para perseguir a judíos, herejes, brujas, etcétera, sino también a las que los anticlericales de todos los tiempos –de los milenaristas del siglo XI a nuestros anarquistas, pasando por protestantes, ilustrados, liberales, socialistas, masones… -llevan siglos dedicándole a la propia Iglesia católica?

Cuando las muchedumbres europeas –en España mismo, hasta 1936- asaltaban los conventos de monjas, creían ir a liberar mujeres secuestradas –como narra Pérez Galdón en Electra- y se desenterraban las momias de religiosas en busca de evidencias de que aquello no eran más que cuevas del sado y burdeles encubiertos. Del mismo modo que los confesionarios eran mostrados como nidos de depravación –léase El cura de Monleón, de Pio Baroja- y los colegios de curas como lugares donde se pervertía sexualmente a la infancia, como ocurría en AMDG, de Pérez de Ayala, o El patio de los frailes, de Azaña. ¿Curioso, verdad?

[ Manuel Delgado Ruiz-en El cor de les aparences blogetik hatua]

La mitad del partido cree que el partido está desunido...

[Hona hemen Ernesto Rodera-ren duela egun batzutako bineta]



Miércoles 25 de julio 2018
En el Partido Popular son todos amigos, se admiran y se respetan. Matarán al que diga lo contrario. Sobre todo si es del Partido Popular.

Ayudas sociales

[ Erletxea informazio eta agitazio sozialaren aldeko taldearen webgunetik hartua ]

Ayudas sociales, Informáte es tu derecho

Ante la falta de empleo y recursos, ¿qué hacer?

¿Qué pasa si nos hemos quedado sin empleo? ¿Y una vez agotado el subsidio de desempleo? ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde me puedo dirigir? ¿Qué derechos tengo?
Estas y otras preguntas parecidas deberían ser contestadas por las instituciones y en especial por el Ayuntamiento mediante campañas de información, sin embargo, la política seguida es la del silencio o la información interesada y sesgada. Desde aquí trataremos de responder a estas preguntas.
Si hemos agotado las ayudas como la Prestación de Desempleo del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE, antiguo INEM), o incluso si estamos todavía las estamos cobrando, tenemos derecho a solicitar y recibir las llamadas ayudas sociales.
De entre las muchas que hay (pensión no contributiva, LISMI, etc..) nos detendremos en tres: Renta de Garantía de Ingresos (RGI), Ayuda de Emergencia Social (AES) y Prestación Complementaria de Vivienda (PCV), por entender que estas son las más importantes.
rgirtc
PCVaes

Tengan cuidado con el Gaztetxe Maravillas


 
Borroka garaia da! * E.H

La foto que preside este post contiene una historia misteriosa y lúgubre a lo Stephen King. Hoy en día, ese lugar está tapiado, y el fantasma de la propiedad capitalista recorre sus ahora oscuras y abandonadas salas. Aunque no lo hace del todo tranquilo, al ser vigilado constante y atentamente por dos ojos tras un palestino desde la oscuridad. ¿Cómo llegó un mural tan estupendo y hermoso a tal lugar?. Lo cierto es que no tuve ni idea hasta que tiempo después pregunté y parte del misterio quedó desvelado. Al parecer, a un grupo de chavalotes le pareció buena idea plasmarlo en el flamante entonces nuevo local auto-gestionado de Iruñea. Luego las cosas se torcerían. Claro que toda cosa y toda historia tiene un principio. Y el precedente de esta historia comenzó en Donostia hace ya unos años.
El antiguo ayuntamiento de Donostia comandado por EH Bildu, debido a misterios inescrutables e historias imposibles no debió darse cuenta que el proyecto urbanístico que acababa de aprobar y dar el visto bueno se levantaba por encima del gaztetxe de Kortxoenea cual hotel de “El resplandor” encima de un cementerio indio. Y así, el PNV ya con la gestión del ayuntamiento decidió que era buena idea tirar de ese hilo y apoyándose en ese proyecto urbanístico que autorizaba diversas construcciones acabó destruyendo el gaztetxe al estilo Azkuna con Kukutza, no dejando piedra sobre piedra y ante la crítica de EH Bildu por no haber presentado alternativas ni negociaciones. Claro que el problema que subyacía, es que difícilmente a los gaztetxes se les puede presentar alternativas. Los gaztetxes son la alternativa, y los y las jóvenes se auto-organizan en ellos.
El movimiento de ocupación surgió no simplemente para disponer de locales ante diversas necesidades, sino para arrancar de cuajo al capital espacios y devolverlos al control popular. Surgió para crear un poder popular enfrentado al poder del sistema, un poder inmerso en una ilegalidad que a través de la legitimización social compitiera con el estado de las cosas y la legalidad enfrentándose a ello. Y hay que decir que esa pelea de legitimización ha sido bastante exitosa en Euskal Herria normalizando la ilegalidad de los gaztetxes.
Desde la linstitucionalidad burguesa no existe alternativa a los gaztetxes, lo que se puede hacer es blindar y ayudar, con triquiñuelas o desobediencia si hace falta a que los espacios recuperados justamente al capital permanezcan autónomos e intocables.
Los gaztetxes no solo son centros de cultura, que rápidamente hubieran sido fagocitados por la legalidad de la cultura burguesa, sino que son centros de clase y contrapoder. Esa es la razón de que el PNV los ataque siempre. Simplemente están haciendo defensa de sus intereses de clase que son opuestos.
EH Bildu intentó nadar entre dos aguas y el PNV lo decodificó bien y acabó mordiendo.
Ese mismo año se volvería a repetir la jugada, en este caso en Iruñea aun con peores connotaciones e implicaciones. Unas 600 personas okupan un bloque situado en la calle Compañía del Casco Viejo, bloque que llevaba varios años vacío y que transformaron en un Gaztetxe. Desde ese espacio que concentraba personas de distintos barrios y pueblos de Iruñerria, se esparció la semilla gaztetxera por otras zonas, posibilitando que en otros barrios se abrieran proceso similares para conseguir un Gaztetxe, como es el caso de Barañain, la Rotxapea, etc.
Nada mas entrar, se inician conversaciones con gobierno de navarra, que era el propietario del edificio para acordar una posible cesión. La respuesta fue bastante negativa, ya que optaron por la vía represiva para condicionar la negociación. Es en ese momento cuando interviene el ayuntamiento de Iruñea de EH Bildu para ofertar diversos espacios donde pudiéran desarrollar el proyecto del gaztetxe, y en Enero de 2016, se comunica la decisión de aceptar una de esas ofertas pero planteando unas lineas rojas clarísimas: el espacio, será autogestionado o no será, y hasta que no les den las llaves, no abandonarán el que tenían.
Lo que debía ser un trámite de unas pocas semanas, se convirtió en un tortuoso viaje de 6 meses a la espera de que el ayuntamiento cumpliera lo acordado, a saber, que acondicionará el espacio al uso social que se le pretendía da dar, y a que al estar las habitaciones separadas por paredes, no se contaba con ninguna sala diáfana donde desarrollar actividades para grupos grandes de personas.
Puesto que los meses pasaban y pasaban la paciencia se iba agotando, tomaron una decisión clara. El nos dais las llaves para tal día, o entramos. Bajo esta decisión se inicia una campaña llamada “Gaztetxetik Gaztetxera” para denunciar la actitud de dejación del ayuntamiento de EH Bildu y para plantear, clara y públicamente, que el 18 de Junio de ese año se iba a efectuar el traslado, estuviera apañado o no. Y el 17 de Junio, a última hora, les dieron la llave. Claro está, sin haber realizado ninguna obra de acondicionamiento y sin ni siquiera haber firmado un contrato de cesión de su agrado. Lo cual fue considerado un error por parte de la asamblea del Gaztetxe.
Los días posteriores se volvió a dar vida a una casa que apenas la tenía y a desarrollar un sinfín de actividades, y como no, puesto que el ayuntamiento no había cumplido su palabra, se iniciaron las obras de acondicionamiento para dejar el espacio usable, siempre bajo supervisión técnica y en auzolan, que es lo mas importante.
Son de recuerdo triste las mentiras, criminalización y paternalismo que se abrieron paso no solo desde la derecha navarra, sino desde la supuesta izquierda institucional del cambio para desvalorizar y deslegitimar la labor del movimiento juvenil. Con cartas incluidas al periódico. Algo de lo que Geroa bai, la sucursal del PNV en Nafarroa tomó muy buena nota y también supo decodificar presentando así una moción para el desalojo, una moción que prospera.
Afortunadamente en Septiembre de 2017, un nutrido grupo de personas liberan un nuevo edificio de las garras de la propiedad privada, convirtiéndolo en propiedad colectiva y abriéndolo a todo el mundo para su uso. El hoy gaztetxe del casco viejo, Maravillas.
A partir del 2015-2016, el PNV iniciaría una de las mayores cruzadas contra los gaztetxes que ha llevado a acabo nunca en la reciente historia. El costo político y social que le había producido el desalojo y destrucción del gaztetxe de Kukutza en el 2011 quedaba atrás y se implicaría de lleno en una nueva estrategia represora y anti-social apoyada directa o indirectamente por el interclasismo de la izquierda institucional una vez decodificados los elementos que así lo podrían propiciar y pensando que el costo político y social estaría rebajado debido a ello. Durante estos años se han multiplicado los ataques y denuncias a los gaztetxes, se han producido desalojos múltiples y la amenaza ronda en incontables proyectos, incluso en proyectos bandera como Errekelaor.
Sin embargo y por otra parte, al mismo tiempo el movimiento juvenil vasco entorno a la okupación ha tenido un rebrote bien visible estos años lo cual está mandando por la borda las malsanas intenciones de la derecha vasca de continuar así, que en su defecto no hubieran tenido apenas oposición, sino la falsa dicotomía del desalojo o la integración institucional burguesa en dependencia.
El PNV-Geroa Bai intenta proseguir con la agresión capitalista y anti-social y ayer mismo anunciaban que el gobierno navarro quiere realizar un atentado contra el Gaztetxe Maravillas. Y copiando la estrategia de UPN , intentar sabotear el gaztetxe en verano creyendo que así habrá menos fuerza para defenderlo y presentándose como acusación particular para llevar acabo un inminente desalojo. El gobierno de Navarra es un cuatripartito pero desde que se instituyó, la supuesta izquierda institucional ha dejado hacer y deshacer con la boca pequeña casi todos los caprichos burgueses.
Recientemente el ayuntamiento de Iruñea de EH Bildu prohibía mediante ordenanza municipal las actividades del Gaztetxe Maravillas y la policía municipal se ha hecho ver en actitud chulesca y represora por las inmediaciones en las que incluso recientemente también el ayuntamiento ha colocado cámaras espía enfocadas al local auto-gestionado. Esta historia suena y pese a las críticas suscitadas ahora en EH Bildu, Geroa Bai se apoya precisamente en que “EH Bildu también ha dado pasos para el desalojo del gaztetxe”, cosa que es cierta, para justificar el que creen será el ataque final que acabe con todo en un sucio desalojo mas. A los y las simpatizantes honestos y con conciencia que haya en EH Bildu les pediría que no permitan más este tipo de actuaciones a sus cargos y tengan en cuenta que el interés del movimimiento popular está muy por encima del partidismo institucional y los cambios de cromos.
Si existe alguna institución legítima y cercana al pueblo donde existe una avanzada democracia y ayuda mutua, eso son los gaztetxes. Así que toca defenderlos para que la justicia, la verdadera democracia, y el poder popular se impongan a la legalidad del capital y la farsa de sus instituciones.
Ni el politiqueo, ni estar con la derecha represora ni el nadar entre dos aguas es válido a la hora de la verdad. Ahora toca defender el gaztetxe Maravillas, impedir su desalojo y que cada cual sujete su vela y las responsabilidades de sus acciones. Nadie puede quedar al margen. Y si el capital y la clase dominante han lanzado un desafío al movimiento popular vasco, éste de norte a sur y de este a oeste debe crearle un inesperado Vietnam que haga terminar derrotadas sus intenciones. Pues el ataque al Gaztetxe Maravillas es un ataque directo y miserable contra toda ansia de cambio y libertad en este país.



Sare Antifaxista:
28 Julio 2018 / Si continua el acoso y las amenazas de desalojo de @maravillasGTX nos olvidamos del todo, de eso del "Gobierno del cambio" y actuaremos en consecuencia
La respuesta popular, se dará en las calles
Maravillas Aurrera! Ez dira pasako

24 Mayo 2018 / Ayer como hoy...
Gaztetxea gure etxea !
"Nada de lo que se pueda hacer para defender nuestros Gaztetxes, será peor que sus desalojos"
Quien siembre vientos, que se prepare para recoger tempestades
No Pasarán /// Ez Dira Pasako