El fútbol es un deporte
jugado por infinidad de jugadores
en las barras de los bares
o el sofá de un salón.
Se juega a voces y cubatas,
agitando mucho brazos y manos,
y hasta propinando de vez en cuando un puntapié.
Los principales movimientos del fútbol son el regate,
que se hace cuando un gorrón quiere que lo invites,
el pase o asistencia, cuando invitas, y el tiro directo
cuando te metes entero por el buche el botellín de cuarto.
El control del cubata es fundamental en el fútbol,
de ahí que predominen las combinaciones en corto,
de forma precisa y a tiempo,
aunque con la prolongación del partido
todos los futbolistas pierden precisión en los pases.
En el fútbol el contacto físico está limitado a cuando se marca un gol,
ocasión que puedes aprovechar para declararle con un beso
tu amor a tu compadre.
El fútbol se puede jugar cerca del televisor,
muy cerca del televisor o pegado al televisor,
y en su defecto también se puede jugar
oyéndolo por la radio o combinado ambos medios de comunicación,
como hacen los muy profesionales.
En el fútbol se despliega una gran actividad física
que puede hacernos poner entre uno y dos kilos de peso
si acompañamos las jugadas con panchitos, doritos
y todo tipo de frutos secos.
El objetivo del fútbol es no tener que pensar en nada
de lo que realmente te afecta en la vida
y llenar la cabeza con estupideces,
a esto se le llama
marcar un gol en la lucha de clases,
a más goles marcados, menos lucha de clases,
y más mansos y pacíficos todos los jugadores de fútbol del mundo,
el partido lo ganan siempre los ricos.
Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017
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