JOBS, creando yonkis de la tecnología
Comisión de consumo Ecologistas en Acción
Unos ven lo que es posible, otros cambian lo que es posible, reza el cartel de la película Jobs, presentando al creador de Apple como un auténtico gurú. Y es que la propia marca se muestra en su publicidad como una impulsora del progreso, incluyendo, en uno de sus últimos anuncios frases como hasta que cada idea que tocamos mejore cada vida que toque.
Todo ello está muy relacionado con la imagen que se tiene en nuestra sociedad de las nuevas tecnologías y del papel tan predominante que han adoptado en nuestra forma de relacionarnos. Sin embargo, como de costumbre, a este discurso dominante le falta capacidad crítica para juzgar si en el nuevo contexto ha mejorado nuestra forma de comunicarnos y valorar hasta que punto estas tecnologías están sirviendo para cubrir necesidades básicas, a parte de tener en cuenta que quien puede disfrutar de esta tecnología es sólo parte de la población mundial.
No hace falta ser muy observador para darse cuenta que los niños ya no se juntan en la calle para jugar, los padres prefieren que se comuniquen con los otros niños desde su casa, a través del móvil o el ordenador, también es frecuente ver a un grupo de adolescentes en el cada uno presta más atención al móvil que a sus acompañantes, o a unos padres más pendientes de sus teléfonos que del hijo… En relación a esto, cada vez son más los maestros que advierten de la poca capacidad de atención de sus alumnos cuando no están viendo imágenes.
Todas estas son consecuencias de trascendencia que han adquirido en nuestras vidas las nuevas tecnologías, pero a parte de tener en cuenta estos efectos, también hay que considerar su incidencia sobre el Medioambiente y otros impactos sociales de su ciclo de vida, tema del que poco se habla. El funcionamiento de estas nuevas tecnologías genera un gran gasto de energía y de materiales, no sólo por el uso en sí de los dispositivos, también hay que tener en cuenta la necesidad de que existan enormes servidores de datos, miles de kilómetros de cableado…
A parte, para la construcción de dispositivos como los móviles, tabletas o portátiles, se necesitan gran número de minerales, como el coltán, el níquel, el cobalto, el litio… que son extraídos en distintas partes del mundo, generando un gran impacto ambiental, además, de en muchos casos, también sobre las poblaciones locales. Mientras estas nuevas tecnologías son disfrutadas en el llamado Norte económico, no sólo son fabricados en el Sur, por ser menores los costes laborales, sino que frecuentemente, cuando los dispositivos ya no funcionan, vuelven a estos países como residuos peligrosos muy contaminantes.
Comisión de consumo de Ecologistas en Acción
Todo ello está muy relacionado con la imagen que se tiene en nuestra sociedad de las nuevas tecnologías y del papel tan predominante que han adoptado en nuestra forma de relacionarnos. Sin embargo, como de costumbre, a este discurso dominante le falta capacidad crítica para juzgar si en el nuevo contexto ha mejorado nuestra forma de comunicarnos y valorar hasta que punto estas tecnologías están sirviendo para cubrir necesidades básicas, a parte de tener en cuenta que quien puede disfrutar de esta tecnología es sólo parte de la población mundial.
No hace falta ser muy observador para darse cuenta que los niños ya no se juntan en la calle para jugar, los padres prefieren que se comuniquen con los otros niños desde su casa, a través del móvil o el ordenador, también es frecuente ver a un grupo de adolescentes en el cada uno presta más atención al móvil que a sus acompañantes, o a unos padres más pendientes de sus teléfonos que del hijo… En relación a esto, cada vez son más los maestros que advierten de la poca capacidad de atención de sus alumnos cuando no están viendo imágenes.
Todas estas son consecuencias de trascendencia que han adquirido en nuestras vidas las nuevas tecnologías, pero a parte de tener en cuenta estos efectos, también hay que considerar su incidencia sobre el Medioambiente y otros impactos sociales de su ciclo de vida, tema del que poco se habla. El funcionamiento de estas nuevas tecnologías genera un gran gasto de energía y de materiales, no sólo por el uso en sí de los dispositivos, también hay que tener en cuenta la necesidad de que existan enormes servidores de datos, miles de kilómetros de cableado…
A parte, para la construcción de dispositivos como los móviles, tabletas o portátiles, se necesitan gran número de minerales, como el coltán, el níquel, el cobalto, el litio… que son extraídos en distintas partes del mundo, generando un gran impacto ambiental, además, de en muchos casos, también sobre las poblaciones locales. Mientras estas nuevas tecnologías son disfrutadas en el llamado Norte económico, no sólo son fabricados en el Sur, por ser menores los costes laborales, sino que frecuentemente, cuando los dispositivos ya no funcionan, vuelven a estos países como residuos peligrosos muy contaminantes.
Comisión de consumo de Ecologistas en Acción
No hay comentarios:
Publicar un comentario