Las reestructuraciones económicas de los últimos años y el desequilibrio producido en el mercado laboral han tenido como consecuencia un alto incremento de las tasas de desempleo así como también un empeoramiento de las condiciones de empleo existentes. La calidad de los servicios públicos se ha visto mermada mientras el gasto público y la corrupción aumentan. Efectivamente , la degradación de las condiciones materiales de existencia de una gran parte de la población unida a una pésima gestión de los recursos públicos son efectos de un modelo económico fallido en nuestro país que se hace necesario revertir con carácter de urgencia. Nuevos modelos de organización del trabajo y de la redistribución de la riqueza, basados en la democracia económica y en la participación social, son una alternativa posible al fracaso de las políticas fundamentadas en la privatización y en el gobierno opaco y ajeno a los trabajadores y a la sociedad. Las estrategias de remunicipalización de los servicios públicos, a través de la creación de Cooperativas de servicios, son socialmente necesarias y convenientes para todas las partes. Éstas pueden convertirse en un instrumento fundamental para la mejora de los beneficios comunitarios, facilitando la formación de amplias estructuras de empleo decente, pudiéndose, además, reestablecer a través de ellas la prioridad de los beneficios universales de la ciudadanía frente a los beneficios particulares de las corporaciones privadas. Las Cooperativas de servicios pueden incorporar una serie de efectos positivos en su actividad principal que favorecen a la sociedad y a los trabajadores. Estas capacidades propias de las empresas democráticas ancladas a lo local, constituyen una ventaja que no gozan las empresas convencionales que solo se interesan por la rentabilidad monetaria de sus propietarios. La iniciativa cooperativista además de suponer una oportunidad de empleo para muchas personas que actualmente se hallan fuera del mercado laboral , es una herramienta de transformación social y de empoderamiento ciudadano. Esta vía de gestión y de gobierno apuesta por el vínculo con lo local y por un espacio de coordinación entre cooperativas, vecinos, movimientos sociales y administraciones públicas, como alternativa al hermetismo y al monopolio de poder. Sin embargo, es preciso reconocer que los factores culturales, sociales y políticos ligados al mundo del trabajo y el desenvolvimiento económico en la sociedad capitalista, no operan a favor de los proyectos productivos basados en modelos cooperativos, y que son muchas y diversas las dificultades y problemas que un grupo de individuos deben enfrentar a la hora de emprender una empresa de trabajo asociado. Superar estos obstáculos, cambiar los modelos mentales tradicionales relacionados con la participación en el trabajo, ampliando las posibilidades de éxito de la actividad cooperativa, no necesariamente debe implicar una adaptación de las empresas democráticas a los patrones del mercado tradicional. Transformar con éxito los factores culturales, sociales y políticos que hoy actúan en contra, aspirando a lograr una sociedad más igualitaria y participativa, es el reto que hay que superar y para cuyo logro el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA) quiere invitar a trabajadores, responsables políticos y al conjunto de la sociedad madrileña a través de la cooperativización de los servicios públicos de la ciudad de Madrid. Versión abreviada de la propuesta de remunicipalización Versión amplia de la propuesta de remunicipalización |
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