DIOSAS DE BARRO
Mujeres niñas
con hijos diminutos.
Crecen en vuestro vientre
en cada luna nueva.
Tu espalda asida al peso
de la historia,
camina silenciosa
lamiendo la tierra lentamente.
Tus manos arrancan un suspiro a la aurora
el corazón, se desvanece,
a punto de estallarte
por el hambre del mundo.
Los niños penden de tus pechos vacíos,
del maíz de los otros,
de la tierra madura.
Por tu sonrisa cuelga
un hilito de furtiva esperanza
que todavía queda.
Tu modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.
Que seas feliz por dentro
365 días
Un año entero de luz
Con todo cariño de Rosa
[Salhaketa, presoen aldeko elkartearen BARRUTIK aldizkaritik hartuta]
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