Entrevista a La Rueda, espacio de aprendizaje vivencial en Peñaflor (Zaragoza)
Meses después retomamos la sección “Herramientas” para entrevistar a La Rueda, proyecto pedagógico zaragozano que estuvo presente en el XI Encuentro del Libro Anarquista de Madrid, formando parte de la charla “La capacidad de los/las niños/as de guiar sus aprendizajes. Libertad, respeto y evolución personal” el sábado 7 de diciembre. Puedes escuchar la charla en en el siguiente enlace: http://ondaexpansiva.net/?p=1628
¿Qué es La Rueda (1)? ¿Cómo y por qué surge el proyecto(2)?
(1) Un grupo de familias conectadas entre sí que gestionan juntas una parte de sus vidas, y en especial el acompañamiento de l@s más pequeñ@s. Eso es posible en un entorno también pequeño, en Peñaflor, donde se nos hace más fácil cuidarnos teniendo en cuenta: las habilidades de cada cual, los gustos y dificultades personales, el aprendizaje colectivo o las necesidades económicas y energéticas.
(2) Porque nos gusta vivir así y porque compartimos la misma postura insumisa con respecto a la escuela como se concibe aquí y ahora. Rechazamos participar de estructuras que desconsideran a la persona en su individualidad y que invaden o sustraen su experiencia, por eso hemos preparado un espacio (una casita de madera) que complementa al otro espacio, al relacional.
¿Cómo funcionáis en vuestro día a día? ¿Cuál es el papel de los/as adultos/as en este espacio?
L@s chic@s acuden de lunes a jueves cuando lo desean ellos o sus familias. En el espacio preparado les acompaña una adulta. Queremos que ahí el juego y el aprendizaje se confundan y que lo siguiente que vaya a suceder lo decidan ell@s mism@s. La adulta (la acompañante) que está con l@s chic@s durante cuatro horas y cuatro días a la semana, está remunerada por el grupo.
Su trabajo es estar atenta de los intereses, inquietudes y preparar el espacio y los materiales. Además de ella siempre hay un adult@ de apoyo para poder responder a las necesidades de l@s niñ@s sea cual sea su edad. Entre ellos están algunos madres/padres y también personas voluntarias que se acercan al proyecto para conocer y formarse.
Se concibe como un espacio para compartir, convivir y para aprender junt@s. Se trata de conectar con un@ mism@, un estar presente que permite crecer y llenar la vida de significado. Nos basamos en la educación activa, es decir, en un aprendizaje significativo que se produce por medio de la interacción concreta con el entorno por decisión propia.
Hemos creado un ambiente preparado para satisfacer las necesidades de las personas que lo usan sean niños, niñas o adultas. El acompañamiento de las personas adultas es siempre desde el amor y el respeto a los procesos de vida evitando el juicio.
Se cuida el equilibrio entre la libertad y los límites necesarios para que se dé un ambiente relajado.
El espacio físico se divide en 4 espacios básicos:
• Una caseta de madera para juego figurativo y psicomotriz, juegos de modelaje, pintura, creaciones con papel, cartón. Dispone de una cocina-laboratorio.
• Otra caseta de madera (la tranquila) con material estructurado, materiales de lectura, escritura, conocimiento del medio, conocimiento del cuerpo, materiales de matemáticas…. es decir todo aquello que les conecta con su cultura.
• Espacio exterior de juegos: red, hamaca, arenero, caja de arena, lodazal, estructura elevada.
• Espacio exterior natural: chopera, los frutales, la charca, el huerto y el gallinero.
Los niños pueden entrar y salir de las casetas y elegir dónde y con quien juegan a cada momento. Los materiales con los que juegan se trata que sean lo más básicos posible y que no interfieran o condicionen el juego en exceso. Se priorizan el papel, cartón, madera, semillas, piedras, corchos, telas, cojines, para las primeras etapas del juego figurativo y constructivo.
Por ejemplo se dispone de material básico escolar para que ellos lo puedan coger y hacer sus trabajos y también se dispone de herramientas y mesa de trabajo para la madera para los más mayores.
Existe una asamblea semanal obligatoria para los niños de más de seis años y voluntaria para el resto. En esa asamblea semanal trasladan sus peticiones, reflexionan sobre la gestión del espacio con la acompañante, discuten sobre normas, generan nuevas, eliminan otras, trasladan puntos a las asambleas de adultos, reparten tareas de limpieza y cuidado del espacio.
En ocasiones el adulto de apoyo hace propuestas de una actividad voluntaria, como por ejemplo: costura, teje telar, huerto, cartelería, equilibrio en cinta, construcción de comederos de aves… etc. Los niños participan si les interesa y si no están en lo suyo o juegan a otra cosa, sin distorsionar la actividad planteada.
En la resolución de los conflictos les atiende prioritariamente la acompañante, atendiendo que los niños expresen cómo se sienten, qué es lo que quieren, qué necesitan, y con una actitud de escucha para poder resolver. En el espacio de la Rueda se acompaña el llanto del niño y se protege a los más pequeños de juegos de exclusión o de utilización.
Los juegos deben respetar las normas comunes, no hacernos daño, no romper materiales, recoger las salas, no ensuciar el material, no llevar al arenero juguetes de otras salas, etc.
Cuando una norma consensuada y aceptada para la convivencia no se respeta, las consecuencias son directas hacia esa persona y sobre ese espacio o material que haya maltratado.
Los conflictos pueden ser concretos o latentes, relacionales o materiales… Con las bases de la comunicación no violenta se atiende a los niños para poder resolverlos.
En La Rueda hay niños/as de entre 5 y 8 años, que legalmente deberían asistir a la escuela oficial. ¿A qué problemas legales se enfrentan las familias?
Las familias nos enfrentamos a problemas legales (el grupo ya se ha enfrentado a problemas legales hoy en día paralizados). La amenaza es la denuncia por desescolarización o por abandono del menor. Asumimos esos riesgos y creamos una realidad que creemos que se defiende por sí misma, responsabilizándonos de la educación de nuestros hijos de forma consciente. Al mismo tiempo nos coordinamos con la red estatal de proyectos y familias desescolarizadas representando un apoyo ante los problemas mencionados.
¿Qué limitaciones le veis al proyecto? ¿Qué dificultades creéis que os quedan por superar?
La económica es una dificultad real desde el momento en que en La Rueda se pretende atender a las situaciones particulares de las personas por encima del establecimiento de una cuota fija. Es decir, las familias ponen lo que pueden. Esto resulta complicado de gestionar asambleariamente y al mismo tiempo precariza el proyecto. Por otro lado vivimos la paradoja de ser tratados como elitistas por ciertos sectores que defienden la escuela pública y al mismo tiempo tener que recurrir a la organización de actividades en espacios liberados para reunir los recursos mínimos de existencia del proyecto.
Otra dificultad (relacionada con la anterior) es la falta de un espacio suficiente para l@s peques. Funcionamos con un local más pequeño de lo deseado y con menos materiales de los que querríamos. Priorizamos la reutilización como fuente de adquisición de materiales y ello ralentiza procesos y puede paralizar iniciativas.
La práctica asamblearia es participativa pero también lenta, como grupo estamos aprendiendo a responder a las necesidades de l@s peques al ritmo que ell@s necesitan y a veces no es fácil.
La formación de l@s padres/madres es un proceso en marcha. L@s padres/madres participamos de forma activa en la toma de decisiones sobre el espacio así como en aspectos teóricos. Dicha formación se nutre de lecturas y cursos y no se detiene nunca, crecemos con nuestr@s hijas. Al mismo tiempo ello supone una inversión de tiempo y dinero así como una revisión de tipo personal constante. Aprendemos a ponernos de acuerdo sobre aspectos vitales al tiempo que a gestionar un espacio y a coordinarnos para obtener recursos.
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